En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

lunes, 23 de septiembre de 2019

Días de radio con Andrea Camilleri





                Algún premio Nobel (creo que Modiano) repite con frecuencia que todos los autores escriben una y otra vez el mismo libro. No fue el caso de Andrea Camilleri (1925-2019), que siempre dijo de sí mismo ser incapaz de escribir inspirándose solo en sus demonios interiores por lo que recurría con frecuencia al desarrollo imaginario de hechos reales. Por eso, al forzarse a imaginar una historia para cada situación ajena a él, aunque sí abordó recurrentemente ciertos temas casi siempre tuvo algo que contar. Y fue capaz de hacerlo con estilos variados que solo tienen en común la claridad expositiva, la economía de lenguaje, el ritmo ágil y la cercanía al lector: desde el tono burlón y socarrón de muchas de sus obras, hasta el grave de otras pasando por el poético de algunas, Camilleri tuvo una considerable amplitud de registros.

                Hace unos días tuve ocasión de participar en un programa de radio acompañado de muy buenos y grandes lectores. Homenajeamos a Andrea Camilleri dedicándole una hora entera, y yo hablé de la parte de su obra ajena al comisario Salvo Montalbano, a quien dedicó veintitantos libros, o quizá más. No, no me quedaron pocos: los restantes, aquellos de los que hablé, alcanzan los setenta títulos, más los aún sin publicar, lo que da idea de lo prolífico de Camilleri. No he leído toda su obra, pero sí cuarenta y tantos títulos, y aunque cada uno merece un comentario individualizado, me he obligado a ordenarlos como sigue.

                He identificado –si no es que se identifica solo- un primer grupo que me he permitido llamar «de la antigua Vigàta». Son obras que transcurren desde el siglo XIX (salvo alguna anterior) hasta la Segunda Guerra Mundial en la imaginaria localidad que remeda los orígenes del autor. Siempre giran en torno a dos momentos históricos significativos: la unificación de Italia –donde siempre podemos ver en segundo plano la resistencia siciliana a las autoridades nombradas por Roma, vistas siempre con desafección y desconfianza por los personajes, y a las que intentan sortear como a un estorbo molesto- y el fascismo, época dramática cuyos excesos obligaron a mucha gente a hacer del comportamiento cotidiano normal algo casi clandestino, lo que transformó a la sociedad entera en una colosal farsa donde, así de cruel es la vida, lo cómico se deja ver entre los resquicios de lo trágico. Todos estos títulos comparten el fino humor de Camilleri basado en las ironías del destino y en el cariño a los personajes, cercano a la ternura, manifestado en su enorme comprensión de las debilidades humanas, fundamentalmente las derivadas del amor, el sexo y el general deseo de no meterse en líos en los que nada se tiene que ganar. También otras tentaciones están siempre presentes, aunque tratadas con intencionada y significativa distancia: la tentación del poder y la del dinero. En muchas de estas novelas se hace algo de luz sobre los orígenes de la mafia y casi todas son corales, historias construidas a partir de la confluencia de la vida de cada personaje, porque para que a Fulano le toque la lotería o esté en el sitio preciso en el momento adecuado para conocer a Menganita, con la de problemas que le ha de traer, hace falta una combinación de factores imprevisible vinculada a la vida de muchas otras personas. Como la realidad, las costumbres y mentiras cotidianas propiciadas por el deseo de caer en diversas tentaciones y apetencias sin dar cuenta a nadie, se mezclan hasta crear resultados sorprendentes. Entre estas novelas se cuentan –pongo el enlace de las reseñadas en el blog- La ópera de Vigàta, El homenaje, La pensión Eva, La concesión del teléfono, La captura de Macalé, La desaparición de Patò, El movimiento del caballo, El sobrino del emperador, Privado de título. La moneda de Akragas, La revolución de la luna (que transcurre en Palermo) o aquella con la que descubrí a Camilleri, cuando nada sabía de él, al encontrarla casi por casualidad en un librería y comprarla a ver qué pasaba: La temporada de caza.


No me resisto a citar como un bloque independiente tres libros preciosos y distintos a todos los anteriores –aunque también situados en esas épocas históricas- que forman una de las trilogías más hermosas que se pueden leer:  la trilogía de la metamorfosis. En torno a personajes bondadosos y pobres de solemnidad se crea una historia maravillosa con un sutil enlace con la mitología. La trilogía está formada por El beso de la sirena, El guardabarrera y La joven del cascabel.


                Son numerosas también las novelas completamente independientes que solo tienen en común su origen: la afición de Camilleri de comenzar a escribir desarrollando noticias, fragmentos de ellas o hechos supuestamente acaecidos según la tradición, práctica que le permite desarrollar novelas negras, de intriga o simples frescos de la sociedad. Me refiero a novelas que giran en tono a diversas relaciones sociales. Vosotros no sabéis (donde aborda el tema de la mafia), La banda de los Sacco (dura, breve y brillante obra acerca de cómo la mafia es capaz de transformar en delincuente –a ojos hasta de la Justicia- al honrado que se resiste por todos los medios a dejar de serlo), El color del sol, La muerte de Amalia Sacerdote (premio RBA de Novela Negra), El cielo robado, Las ovejas y el pastor o El caso Santamaría.


                No centradas en relación social alguna, sino en las profundidades del yo, hay otro grupo de novelas como El traje gris, No me toques, La intermitencia o Un sábado con los amigos. En común tienen -además de una completa carencia de humor y de desarrollarse en el tiempo presente- que el protagonismo corre a cargo de mujeres jóvenes y algo promiscuas casadas a veces con hombres mayores. En ellas juega un papel importante la belleza femenina para unos, el afán de independencia para otros y, sobre todo, las pulsiones que las personas ocultan incluso a sus seres más queridos, el yo más profundo con el que a menudo es complicado convivir y con el que nos enfrentamos durante toda la vida. Unas veces gana él. Otras, no. Pero, ¿quién gana entonces?


                Bajo la denominación de «recuerdos» he esbozado un último grupo de obras sustentado en la memoria directa e indirecta del autor, como si a través de ellas Camilleri hubiera querido dejar de Sicilia una memoria más fideligna que la que se desprende de toda su obra de ficción. Entre ellas, Gotas de Sicilia, Mis momentos o, en otra medida porque es un recuerdo más de sí mismo y de su pensamiento que de sus orígenes, Mujeres.


                Y luego, claro, Montalbano. Empezad por donde queráis, pero empezad. Os aprovechará. Seguro.

               
               

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