En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

viernes, 13 de septiembre de 2019

Los milagros de la vida - Stefan Zweig





            Amberes. Hace tiempo, un joven, desconocido y recién llegado pintor italiano realizó allí, por encargo, un cuadro donde la Virgen aparecía tan hermosa que conmovía hasta el extremo. El pintor desapareció sin dar explicaciones tan pronto como le pidieron nuevas pinturas… con una modelo diferente.

            Ha pasado el tiempo, y un viejo pintor de la localidad recibe el encargo de pintar otro cuadro de la Virgen que complete la capilla en el que se encuentra aquel primero que realizó el italiano. Ambos cuadros, el viejo y el nuevo, van a estar uno al lado del otro. Al examinar el viejo cuadro, el pintor queda a la vez extasiado y apesadumbrado: no se cree capaz de realizar una pintura digna de estar junto a esa increíble Virgen. No, a menos que encuentre a una modelo capaz de inspirarle de modo similar a como lo hizo la modelo original al artista italiano.

            Tras mucho deambular y no hacer nada, un día, de improviso, da con una muchacha que a sus ojos se transforma en una revelación: le ha bastado verla para comprender que ella y solo ella es la que puede inspirarle esa obra maestra.

            Hay varios problemas, sin embargo. Es una muchacha huraña, insociable, acogida por un tabernero, nada amiga de tener contacto con nadie. Y además es judía. ¿Puede la Virgen adoptar la imagen de una mujer no cristiana?

            Esta breve obra de desenvuelve en el proceso por el cual la muchacha despierta de la adolescencia a la vida gracias a las sensaciones que le produce abrirse al mundo estableciendo contacto con un extraño y, en especial, sufriendo primero y disfrutando después las encontradas emociones del posado con un bebé en brazos. De modo paralelo vemos cómo el pintor hace balance de su vida comprendiendo que hasta ese momento, ya tan tarde, apenas ha hecho nada verdaderamente conmovedor. Es decir, arte en el sentido profundo. Ha sido un artesano más que el artista que todos creían, aunque por fortuna la posibilidad de serlo por una vez hace de él un hombre agradecido con la vida y, en especial, con su modelo, a la que trata de guiar sin imponer, en especial en el ámbito religioso, mientras convive con el temor a terminar el cuadro y, con su fin, a perder el contacto con la muchacha y con él la razón de vivir que ha encontrado.

          La historia hace pensar en la relación entre la realidad (las modelos de ambos pintores) y la espiritualidad y, en particular, entre el amor terrenal y la espiritualidad y entre la belleza y la espiritualidad, hasta el punto de que en ocasiones todo se confunde y las mismas modelos que han conducido a los autores a su culmen artístico se transforman en la deidad a la que acaban rindiéndose: el italiano, que renunció a sus oportunidades antes que a traicionar en su mente a la modelo a la que presumiblemente amó de tal manera que terminó sublimando su amor en arte, y el pintor que protagoniza esta novela, que acaba más preocupado por lo que supone terminar la obra que por la obra en sí.

          También hace pensar en cómo una persona, en este caso la modelo, deja de ser quien es y evoluciona cuando el entorno le da la ocasión de recibir y dar cariño; y en cómo espanta más la imposibilidad de dar afecto que de recibirlo, y en cómo el ser humano es capaz de refugiarse en sí mismo para, desde allí, amar lo que ha perdido. 

            Y sí, el cuadro termina. Termina de muchas maneras y no todas buenas. Leedlo y lo comprobaréis, y comprobaréis también el magnífico fogonazo de hermosura que el autor es capaz de sacar en el momento más trágico.

            Una historia bella, breve, conmovedora, narrada con un lenguaje rico y plagado de metáforas encadenadas que por momentos pueden resultar algo recargadas y un tanto superlativas. Una historia que acaba enfrentando la paz, a través del arte, con la barbarie de la sinrazón. Allá donde ha habido belleza, durante algún momento ha habido paz.


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