En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

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viernes, 23 de mayo de 2025

Monumental injusticia literaria





          Publicas una novela titulada La sota de bastos jugando al béisbol y no eres más que un chiflado. En cambio, si tienes un montón de pasta y poder y adornas tu palacio con algo parecido a la sota de bastos bestiaja descalabrando a un caballero, eres un tipo distinguido y un amante de las artes.

          ¡Así de injusto es el mundo!

          En fin... 

    Pero oye, si eres de quienes no tienen palacios ni  adornan su casa con esculturas de veinte toneladas, al menos puedes reírte por cuatro perras como si te hubieran tocado cinco castillos medievales una tómbola. ¿Cómo? Leyendo cualquier de estas tres novelas algo gamberras, a cuya versión en ebook en Amazon llegarás desde el enlace:

(Primera novela de Ajonio Trepileto)

(Segunda novela de Ajonio Trepileto)





jueves, 6 de octubre de 2022

Noticias sobre vibradores asesinos

 



El mes pasado Amazon me preguntó si estaba dispuesto a que La terrible historia de los vibradores asesinos formara parte de sus ofertas del mes de octubre. Respondí que sí.

Así que durante todo este mes puede comprarse en ebook con una rebaja del 50%. O sea, casi regalada.

Ojalá se animen un buen puñado de lectores a divertirse con esta parodia de la novela negra escrita con un lenguaje que trata de sostener el humor tanto como la trama.


miércoles, 29 de enero de 2020

La larga y agónica crisis de las librerías tradicionales


22 de enero de 2020. En el corazón de Zaragoza.


Últimamente es frecuente topar con quien demoniza a Amazon como causante principal del fin de las librerías tradicionales. La simplificación es peligrosa, porque los errores de diagnóstico desembocan en tratamientos inútiles que agravan las enfermedades.  En la vida casi nada es mas peligroso que equivocarse de enemigo.

Aprovecho alguna reciente conversación que he mantenido sobre el tema para, sin más ánimo que el de aportar o recordar alguna idea sobre el futuro de las librerías tradicionales que aún existen, explicar su larga y agónica crisis.

¿Por qué han cerrado tantas en las últimas dos o tres décadas?

-Por la competencia entre librerías. El modelo de negocio ha cambiado en ese tiempo. Han cerrado sobre todo librerías pequeñas, negocios familiares de pocos metros cuadrados, y la mayoría de las que han abierto son más grandes, con una oferta más amplia, y, normalmente, vinculadas a grupos empresariales con capacidad de financiación, de aguante hasta que el negocio arranca y de reconversión total o parcial si no lo hace. Así, por poner un ejemplo en estas décadas de cierre de librerías La Casa del Libro ha pasado de tener una tienda a mediados de los 90 a tener hoy 64. Fnac, en ese mismo periodo, ha pasado de una a 34. Santos Ochoa supera la veintena.

-Por los libros de texto del sistema educativo. Representaban un porcentaje enorme de las ventas de las librerías tradicionales. Pero, entre las recientes limitaciones a la actualizaciones que esquilmaban a los padres y que ya casi todos los colegios se dan de alta como librerías para, en una semana, vender los libros de todo el año a todos sus alumnos, esta pata del negocio cojea cada vez más. Por no hablar de los plazos de las autonomías para pagar y la carga financiera que implican.

-A partir de los 90 había comenzado a cojear la otra gran pata de las ventas: los best sellers y las novedades. La proliferación de grandes superficies que comenzó entonces trasladó a éstas buena parte de las ventas de estos libros (el resto de las ventas de literatura son residuales). Que en esa época (creo) se consiguiera establecer por ley un precio mínimo para los libros impidió que las librerías fueran arrasadas, pero el golpe fue grande. Ahora las grandes superficies han reducido el espacio dedicado a la venta de libros, pero mantienen el reducto de los best sellers y novedades. Con menos de un 1% de los títulos a la venta se comen un porcentaje del pastel muchísimo mayor.

-Desde hace unos años algunos grandes grupos editoriales, propietarios de prensa escrita, venden también sus best sellers en los kioskos de prensa, que también andan de capa caída pero a los que deben mantener con vida mientras deseen seguir vendiendo prensa en papel.  Obviamente, los muchos o pocos libros que se venden en ellos no los venden ya las librerías. También llegó a haber libros de esos grandes grupos editoriales en gasolineras y lugares similares, otro modo de puentear a las librerías aprovechando la nula infraestructura necesaria para poner a la venta dos docenas de best sellers (ese 1% o en este caso menos de títulos que regala un porcentaje mucho mayor del pastel), aunque me da que el experimento ha tenido días mejores.

-La aparición del ebook. Aunque sus cifras hayan crecido menos de lo augurado, las alcanzadas en menos de una década son notables y es un producto sustitutivo del libro en papel. Su verdadera evolución sigue siendo un misterio debido al silencio al respecto de los grandes vendedores de ebooks. Solo cabe hacer una aproximación a través de las encuestas de hábitos de lectura.

-El pirateo. Su impacto es desconocido, aunque obviamente negativo. Solo podría evaluarse indirectamente comparando las encuestas de hábitos de lectura con esas cifras de ventas que se ocultan celosamente.

-La venta de libros en papel a distancia, por Internet, es el último agujero hecho a las librerías tradicionales. El comercio minorista tiene tres funciones: acercar el producto al consumidor (y aquí la tienda va contigo en tu teléfono 24 horas al día y lo que compras te lo traen a tu casa en menos de un día), dar información sobre los productos (y las webs te ofrecen desde la sinopsis a la dimensión del libro e incluso críticas de lectores, amén de enlaces a otras obras del mismo autor o los gustos de quienes han comprado tal o cual libro) y ofrecer productos alternativos (ofrecen un catálogo casi infinito). Si estas son las funciones del comercio minorista y la venta por Internet las satisface como he dicho, mal lo tiene todo el comercio minorista tradicional. No solo el de libros. Por qué se simplifica hablando solo de Amazon, no lo entiendo. Amazon vende libros, pero también lo hacen El Corte Inglés, Fnac, las grandes superficies y nada más y nada menos que la mayoría de las editoriales que surten a las librerías, incluidas algunas de las grandes. Cuando una editorial vende a través de su web a su margen de beneficio como editor acumula el margen minorista. Por qué hace más daño a una librería un libro vendido por Amazon que vendido directamente por los grupos Planeta o Penguin Random House, alguien me lo tiene que explicar, porque no lo entiendo. La venta vía web es simultáneamente un lastre para las librerías y una oportunidad de negocio para las editoriales.

        Es decir, editoriales grandes y librerías pequeñas no siempre tienen intereses compatibles. No todo el mundo va en el mismo barco.

Dicho todo esto, habrá que reconocer que la venta por Internet ha permitido que los habitantes de miles de localidades que jamás han tenido una librería puedan acceder a la compra de libros en igualdad de condiciones que los habitantes de la España urbana. A menudo no nos damos cuenta que la España vacía no solo tiene problemas de empleo, sino también mayúsculos problemas de suministro: a nadie le hace gracia tener que viajar para comprar un kilo de naranjas, un pedazo de queso, un libro o unos calcetines, e Internet ha hecho mucho por esa España que ahora puede, desde su casa, comprar un libro, operar en bolsa, hacer trámites con la Administración, comprar ropa o leer el periódico que en papel jamás se vendió en su pueblo. Los tiempos cambian, para los libros como para todo. No se les puede pedir a esas personas que sigan comprando donde siempre.

        -Los monopolios y oligopolios de distribución (que no de producción), además de afectar a lo que se ofrece afecta especialmente al precio de los libros, que en España está tasado y lo fijan los productores, no las librerías. Esto hace del librero una especie de comisionista dado que no puede intervenir ni en el precio de compra ni en el de venta. La rentabilidad o no depende de la estructura de ingresos y costes. Dados unos ingresos por metro cuadrado de exposición, los costes son básicamente personal e inmuebles, y el coste por metro cuadrado desciende a medida que el personal es contratado y la superficie crece dentro de unos límites. Es decir, la estructura de mercado favorece el modelo de negocio que he descrito en el punto uno: negocios no familiares. 

        Quien hasta aquí haya leído habrá visto que he hablado de los intereses de las librerías pequeñas, de las grandes, de los grandes grupos editoriales (y, a sensu contrario, de los de las editoriales pequeñas), pero no del interés del lector. Como en el mercado se cumple aquello de que aquí todos van a lo suyo menos yo, que voy a lo mío, y dado que los lectores somos millones de personas aisladas sin capacidad de organización, la defensa de nuestros intereses, sean los que sean (su definición da para otro artículo), queda en manos de las instituciones con competencias en la materia, cuyos líderes políticos siempre son más sensibles, vaya por Dios, a quienes tienen voz para quejarse, que, como acabo de decir, no somos los lectores. 
   
Y termino con un pensamiento recurrente: sé que recomendar autocrítica es más sencillo que hacerla, pero cuando las cosas no salen como uno desea es lo que toca. Y cuanto antes se haga, mejor. En las librerías, como el cualquier otro negocio, cuando el cliente se va a otro sitio es hora de pensar qué dan los otros que no doy yo, para identificarlo y reaccionar. Si se puede. Y con rigor. Volviendo al principio, en la vida nada es mas peligroso que equivocarse de enemigo. Pero como todo el mundo anda hablando solo de una cosa, a ver en qué queda el proyecto de Todos tus libros. Lo que debería hacer para ser una alternativa de verdad, es responder a los principios elementales del comercio minorista que he citado antes. Si igualan o superan lo que otros dan, ahí estarán. Y si no, no.







jueves, 5 de diciembre de 2019

La terrible historia de los vibradores asesinos otra vez en Prime Reading





¡Por vuestra culpa el pobre Ajonio no puede descansar y cualquier día le va a dar un arrechucho!

Hace ahora un añito que Amazon tuvo a bien incluir La terrible historia de los vibradores asesinos en su promoción de Prime Reading. Durante seis meses cualquiera pudo leer gratis la novela en formato electrónico si estaba suscrito al servicio Prime.

Algún potencial vio Amazon en Ajonio, ya que la pequeña selección de Prime Reading se hace entre los más de dos millones de novelas disponibles, y además se trataba de la segunda tanda, por lo que casi inauguraba el servicio. Fue una excelente oportunidad para que nuevos lectores, muchos más de los que esperaba, conocieran a tan calamitoso personajete. 

Tan bien fue la cosa que Amazon me ha propuesto repetir la experiencia durante el próximo medio año. Ajonio también formará parte de la cuarta tanda.

Así que desde ahora La terrible historia de los vibradores asesinos vuelve a estar gratis para todos los suscriptores del servicio Prime, servicio que además permite recibir compras sin coste de envío, acceder a música gratuita, ver series y reportajes exclusivos como ese de la presentadora Pilar Rubio y Sergio Ramos (que es un tío que juega a la pelota)… En fin, esas cosillas.

¿Cómo puedes leer la novela si tienes Prime? Búscala en Amazon en ebook. Allí verás que el precio es cero. Basta ir al lado derecho de la pantalla y darle a «leer gratis».

             Fácil, ¿eh?

         Y si no tienes ese invento ni ganas de tenerlo, a seguir con el método tradicional: la novela sigue disponible en librerías (aunque a estas alturas hay que solicitarla) editada por Mira Editores, y en ebook en Amazon. En este formato también es gratis para los usuarios de Kindle Unlimited, tarifa plana de lectura que, por cierto, ahora es gratuita durante los tres meses que puedes utilizarla a prueba.

Ajonio protesta porque, como decía al principio, el hombre ya está un poco mareado de tanto ir de mano en mano de un lector a otro, pero yo estoy encantado de que lo mareéis así. Por mí, como si hacéis de él una peonza. ¡Gracias, lectores!



lunes, 3 de diciembre de 2018

Prime Reading, de Amazon, y La terrible historia de los vibradores asesinos




                                                   

      La terrible historia de los vibradores asesinos puede leerse gratis desde hoy y durante seis meses a través del servicio Prime Reading de Amazon.

          Toda persona suscrita al servicio Prime de Amazon puede leer gratis, a partir de hoy, La terrible historia de los vibradores asesinos. Basta buscarla en Amazon en ebook. Quien esté suscrito a Prime verá que el precio es cero y que le basta ir al lado derecho de la pantalla y darle a «leer gratis».


             Qué sorpresa se van a llevar Ajonio y Claudita. Como se den un banquetazo para celebrarlo puede que se echen un par de kilos al cuerpo. Así Ajonio casi alcanzará los cincuenta y Claudita aumentará el suyo de forma infinitesimal.

          Se publican tantos títulos que dar a conocer cualquiera de ellos es tarea hercúlea, y más para mí, que ni me dedico a la telebasura, ni he escandalizado a nadie, ni tengo otro padrino que mi poco talento, a pesar de lo cual no le fue mal a esta novela de humor, parodia de la novela negra, cuando fue publicada en Mira Editores. Estuvo diez meses entre los cinco libros más vendidos de la Librería Central, fue segunda en humor en FNAC y, tras publicarse en ebook, ha sido Nº 1 de humor en español en Amazon en seis países y top-10 en varios más. Sin embargo, el tiempo pasa y, desde aquella primera edición más de 150.000 novelas se han incorporado al mercado literario en español solo en nuestro país. Unid el resto de mercados en español y los libros ya publicados antes. ¿Resultado? Solo Amazon tiene a la venta varios millones de títulos.

          Mantener una mínima visibilidad en esas condiciones roza lo milagroso. Por eso, la noticia de haber sido seleccionado entre tantos títulos para el casi recién estrenado servicio de Prime Reading, me alegra tanto: Ajonio Trepileto va a llegar a nuevos lectores. Ojalá se diviertan tanto como quienes antes confiaron en él. ¡Gracias de antemano a todos ellos!

          Y, por supuesto, gracias a los muchísimos lectores que ha tenido hasta ahora. Vosotros sois los responsables de que Ajonio disfrute de esta nueva oportunidad.


lunes, 4 de diciembre de 2017

Pon un pobre en tu mesa y otro en tu biblioteca





      Circulan hoy los hashtags #AmoLaNavidad y #OdioLaNavidad. Me reservo la opinión. En cambio, la de Ajonio es evidente. El hombre, como esos pobres que Berlanga puso a la mesa de los ricos en Plácidoestá encantado porque cada año en Navidad acuden a él nuevos lectores que lo invitan a su biblioteca. Tan agradecido queda el pobrecillo, siempre tan solo y olvidado en su asquero… digoooo en su destartalado sex shop, que en agradecimiento nunca roba nada a sus anfitriones, si no es un montón de sonrisas y unas cuantas carcajadas.

          Así que aquí lo tenéis, ya ataviado con sus mejores galas para honrar a quienes vayan a acogerlo estos días en sus bibliotecas.

          Que no os pase nada esta Navidad.



jueves, 2 de noviembre de 2017

Cumpleaños




                Estos días se cumplen tres años desde que La terrible historia de los vibradores asesinos apareció en ebook, tras su publicación en 2011 por Mira Editores.

                Con la excepción de seis o siete días, todo ese tiempo, ¡tres años!, ha estado en el top 100 de humor de Amazon en España, y apenas ha salido de esa misma clasificación en Alemania, Francia, Reino Unido o Italia. En este tiempo la novela ha alcanzado el Nº 1 en esa clasificación en seis países, y en casi todos ha reincidido; las últimas veces, hace unos días, en Italia y Reino Unido. En otros ha alcanzado con holgura y repetidamente los puestos más altos. Los resultados de la edición en papel en FNAC o Librería Central, no los voy a repetir otra vez.

                En los últimos tiempos la novela frecuenta posiciones más alejadas de la cima, cuando escribo esto, por ejemplo, está la 32º, ¿pero de qué me voy a quejar si la vida media de un libro oscila entre uno y tres meses? Seguir ahí, entre los más vendidos, a pesar de las docenas de millares de libros que han aparecido en estos años, es para estar satisfecho.

                Mis posibilidades de dar a conocer la novela entre los lectores potenciales son próximas a cero, por lo que atribuyo estos buenos resultados a las recomendaciones de quienes la han leído.

                A todos ellos, y a quienes desde el desinterés me han apoyado alguna vez, GRACIAS.



miércoles, 7 de junio de 2017

Crudos, sucios, sangrientos – Cristina Selva y Antonio Marcelo Beltrán




     Crudos, sucios, sangrientos, pero también imaginativos y con una sorpresa para cada final, los veintiséis relatos que componen esta obra navegan entre el misterio, el terror y la ciencia ficción, y también tienen mucho que ver con el erotismo, porque, aunque no hay relatos eróticos propiamente dichos, sí conocemos a un buen número de personajes más o menos obsexionados que en unas ocasiones llevan a término sus deseos y en otras se limitan a aludir al sexo para expresar buenos o malos deseos no siempre sexuales.

      Aunque los relatos responden a lo que anuncia el título, están redactados cierto sentido del humor, cierta ironía que pone distancia entre el narrador y los personajes y que impide tomarse demasiado en serio tanta sangre y escenas escabrosas, lo cual facilita el entretenimiento, especialmente, como es mi caso, cuando no se es lector ni terror, ni de misterio, ni de ciencia ficción.

Pocos relatos tienen un final previsible y, en cambio, todos consiguen suscitar un intenso interés desde el principio; tanto que a menudo se lee con impaciencia. Y es que aún más imprevisibles que los finales son los argumentos: cada inicio sorprende tanto o más que cada final. 

No es posible ni tiene sentido hacer una mención de cada relato, pero sí decir que entre ellos hay nexos a través situaciones y personajes que hacen que no sean por completo independientes, y pronto se tiene la agradable sensación de que hay que seguir leyendo porque ningún relato está completamente terminado por más contundente que haya sido su final. El resultado, que, a diferencia de otros libros de relatos, Crudos, sucios, sangrientos deja un regusto de novela.

Pasen y lean.


sábado, 5 de noviembre de 2016

Cumpleaños variados



   Pese a sus numerosos antecedentes penales es un buen tipo Ajonio Trepileto. El 5 de noviembre de 2015 las ventas de su primera novela experimentaron un pequeño repunte. Una acumulación nunca antes producida. Y también hace ahora dos años que puede leerse en ebook, tras haber sido publicada en papel en 2011 por Mira Editores.

     Aquel alza de hace un año llegó tras dos meses, octubre y septiembre, ligeramente mejores que los diez precedentes, lo cual me había permitido superar no demasiado holgadamente el objetivo de ventas que me había fijado para ese primer año. El repunte parecía anecdótico, pero en los días siguientes comenzó a repetirse y cada vez con más frecuencia. Enseguida se consolidó y creció. La terrible historia de los vibradores asesinos tomó fuerza en Amazon

Primer Nº 1 en Italia
     Digo que Ajonio es un buen tipo porque trepar tan alto para tenerme contento fue su manera de consolarme. Seguro que me había visto pocho. Es buen tipo, sí. No es mala hierba. Por eso, en un mundillo donde hasta la mayoría de los libros «estrella» no superan los seis meses sin estrellarse, a saber cuánto tiempo le queda por estos andurriales. Sea bastante, poco o nada, por el camino ha hecho sonreír a millares de personas. Con lo achuchada que es a veces la vida no os imagináis lo orgulloso que me siento de algo así, ni lo que me apena recordar entonces que las sonrisas son siempre fugaces. ¿Sabéis? A veces, cuando me pregunto si tanto trabajo y esfuerzo merecen la pena, intento imaginarme todas esas sonrisas juntas.
     El resultado: más de un año entre los primeros libros del top 100 de humor en España, donde llegó a estar quinto; número uno de humor en español en cinco países: Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Brasil; número tres en Estados Unidos; e incluso número uno de novela negra en español en Italia, género donde también ha logrado algunos otros «podios». Muchos lectores. Más de los que imaginé jamás. Una barbaridad para un libro sin publicidad que hoy lleva ya cinco años y medio a disposición de quien desee leerlo.


     Así que felicidades, Ajonio. Por tu segundo añito en ebook y por el primero de éxito ininterrumpido en este formato. Y gracias.

     Y sobre todo gracias a los lectores, y en particular a quienes habéis recomendado y seguís recomendando mis novelas. Me alegro de que alguien quiera a un perdedor como Ajonio. Gracias por haberme otorgado vuestra confianza y dedicado vuestro tiempo; y gracias por el peliagudo apostolado: sé qué cara pone el personal cuando se le habla de vibradores asesinos y delincuentes chiflados y redichos. Pero os hacen caso. Confían en vosotros. A la vista está. Muchas, muchas gracias.



lunes, 12 de septiembre de 2016

Detalles del boca a boca




     Como no tengo otra explicación (ni presentaciones, ni entrevistas, ni participo en medios de comunicación), digo que los ya diez meses de boom de La terrible historia de los vibradores asesinos en ebook, iniciado más de cuatro años después de su publicación en papel en Mira Editores, se deben al boca a boca.

     Pequeños detalles lo corroboran. Por ejemplo, la creciente cantidad de lectores que, según veo en Amazon, la compran junto a La sota de bastos jugando al béisbol. Nadie compra de golpe dos novelas del mismo autor, por más baratas que sean, si no le han hablado bien de al menos una de ellas.

     Que sigan. Septiembre, vista la marcha, bien pudiera superar los registros previos.

     Gracias a todos los que contáis algo sobre Ajonio Trepileto.







miércoles, 4 de noviembre de 2015

Infortunios, tribulaciones y contentos de un escritor



Ayer se cumplió un año desde que La terrible historia de los vibradores asesinos salió a la venta en ebook. Antes, en mayo de 2011, había visto la luz en papel. A final de mes también cumplirá un añito la edición en papel de La sota de bastos jugando al béisbol, ambas en Mira Editores. A la sota dedicaré otro artículo, si tengo ocasión. Hoy –ayer no pudo ser- hablaré de la primera.

Es frecuente utilizar la expresión «hacer balance», pero un balance refleja lo que se tiene hasta el momento de hacerlo y de dónde ha salido, y me interesa más ver lo obtenido durante un periodo y cuánto ha costado. Es decir, no hacer balance sino cuenta de resultados.

Algunos dicen que quien escribe lo hace para ser leído. Se equivocan. Igual que no siempre se canta para ser escuchado. Pero se publica para ser leído, y la decisión de ver a Ajonio Trepileto en ebook es un intento de llegar a más lectores porque tras un año en las librerías cualquier libro en papel ha dejado de estar visible y apenas se vende ya, y este llevaba tres. En Internet el problema es el mismo: hacer visible el ebook, cuestión muy difícil para quien ni tiene ni busca otra notoriedad que la obtenida a través del propio libro, de su calidad. Un círculo vicioso que a veces rompe el boca a boca. Hice dos planes a un año: uno realista y otro más optimista que requería esfuerzos adicionales y sobre el que recabé alguna opinión que no llegó. He superado el realista. No he alcanzado el otro. Tampoco he tenido ocasión de poner los medios.

El motivo quizá sea que no ha sido un año fácil, lo cual me ha impedido disfrutar como hubiera deseado del trabajo hecho. El día a día ha interferido demasiado en la literatura, el agotamiento mina la ilusión y sin ella es más complicado sacar fuerzas para algo que requiere tanta constancia como dar a conocer un libro por métodos artesanales, a pesar de lo cual ha habido cosas buenas y malas. La cuenta de resultados.

            Entre lo positivo de esta edición en ebook sin presentaciones ni promoción alguna, está, obviamente, haber llegado a un buen número de lectores. Gracias a lo cual algunos han leído además La sota de bastos jugando al béisbol, y otros se han hecho con La terrible historia de los vibradores asesinos en papel para conservarla o regalarla. La confianza de un lector requiere todo agradecimiento porque su tiempo es limitado y te lo ha dedicado. Especial mención merecen quienes además han reseñado la novela en sus blogs o en Amazon, dando así un valor añadido a su lectura y ayudando a que otros lectores confíen en mis novelas. Y lo agradezco también porque sé –algún silente me lo ha confesado-, que la palabra «vibradores» ha retraído menciones y reseñas por miedo a quienes forman su opinión a partir de un «titular» o, en este caso, de un título. Todas las opiniones han sido libres y sinceras, porque al igual que he rechazado todos los ofrecimientos recibidos para reseñar libros en este blog –y el ejemplar que me regalaban-, a nadie le he pedido que escriba una sola línea sobre ninguna de mis novelas, y mira que me hubiera sido fácil regalar ebooks a mansalva.

            También me alegra haber encontrado personas que me buscan para alabar el resultado, aunque me desazona cuando se muestran sorprendidas porque no esperaban algo así de una novela de humor, dejando entrever el desprestigio (por contaminación con libros de humor que no son literatura) de un género que, sin ser en realidad tal porque el humor no es un tema sino un modo de enfocar las cosas, cuenta con novelas legendarias y en el que han buceado muchos de los mejores escritores. Por motivos similares también me desazona la pregunta de otros de si no voy a escribir «otra cosa», o sea, «algo serio», porque mis «payasadas» me han costado más esfuerzo y trabajo de lo que me hubiera llevado una novelita pongamos de intriga, negra o policial.

            Agradezco cómo algunas personas, pocas, siempre están ahí con el sencillo gesto de un clic de ratón para compartir las aventuras de Ajonio en las redes sociales, porque conocen el valor de difundir selectivamente y con constancia. Al apostar por mí asumen cierto riesgo, y solo puedo corresponder tratando escribir lo mejor que sé, de forma que ofrezcan a sus amigos, conocidos, admiradores o simples curiosos algo de calidad. Sin salir de las redes, también me impresiona ver cómo lo que he escrito transforma a desconocidos en conocidos, a veces en amigos, que con sus «me gusta» me dan ánimos a la vez que agradecen el buen rato de lectura; un enriquecimiento solo posible gracias a las redes sociales pero que, en algunos pocos casos, ha sido un brutal empobrecimiento cuando los «me gusta» o los «retuits» han sustituido a otras formas de expresión. Gracias a ese conocido común llamado Ajonio hay quienes han comenzado a apoyarme y ahí siguen, y quienes lo han hecho solo durante un tiempo. En ambos casos se lo agradezco desde aquí y no personalmente, porque entre los costes de la cuenta de resultados cabe incluir la sensación de que no suelo estar a la altura de estas personas, de que debería ser más agradecido, y si no lo soy es porque si les dijera algo quizá se sintieran obligadas a seguir haciendo lo que han hecho libremente, y es precisamente esa libertad lo que le da valor a su conducta.

            Computo como «ingreso» en esta «contabilidad» a las personas, algunas de las cuales conocí hace más de diez años por culpa de algún pinito literario, que regularmente me preguntan por cómo va la cosa. Si Ajonio va bien, si estoy escribiendo algo, qué, en qué estilo, por qué, cuándo terminaré... Personas que me desean y presagian un porvenir literario mucho más claro y halagüeño del que yo veo, y que me regañan cuando les respondo que apenas me muevo por editoriales, agentes y demás fauna. Reducen los «ingresos» personas de quienes podía esperar un interés similar y no han preguntado nada ni una sola vez; resta también el caso especial, que no sé definir, de una persona, excepcional lectora, que lleva cerca de una década animándome a escribir y echándome flores, diciéndome que soy un escritor formidable, y que ha acabado confesando, pasmaos, que no se ha leído ninguna de las dos novelas que he publicado. Para colmo de extravagancia, tras reconocerlo no ha cambiado su opinión sobre el talento que me atribuye. Qué cosas.

            Termino con las personas más cercanas, ajenas a lo que puede interesar a quien escribe, pero no ajenas a quien escribe. Precisamente por eso su apoyo es más meritorio y mucho más de agradecer. Todo un ejemplo. Muacks.

            Pues eso: Ajonio Trepileto lleva un año en ebook. Cada vez que alguien compra La terrible historia de los vibradores asesinos en Amazon Ajonio vuelve a salir de su destartalado sex shop y se lanza al mundo en busca de los tres vibradores que por un defecto de fabricación pueden explotar. Cada vez que alguien lee la novela Ajonio vuelve a prendarse de Zoé, vuelven a machacarlo sus amores con Claudita, y de nuevo el pobre hombre torna a enredarse y desenredarse en los intereses, amoríos y maniobras «non sanctas» que conducen la acción. Ahora que Ajonio no me oye, espero que Claudita siga aplastándolo con sus toneladas de amor, que siempre haya al menos un lector que lo permita, porque la literatura, como la música, se construye cada vez que alguien lee, aunque el autor esté en la tumba.

            Y dejo para el final algo que no sé si hago bien en citar, y que constituye el único «ingreso extraordinario» de esta «cuenta de resultados». Pero qué ingreso. No voy a dar detalles por respeto, y porque no los conozco con exactitud. Lo mejor que me ha pasado en lo literario, en este año complicado, ha sido saber que mis novelas hacen reír a una persona con una de esas enfermedades que obligan a sentarse a esperar lo que nunca se desea. En según qué circunstancias entretener a las personas es muy difícil, pero hacerlas reír es...  La noche en que me enteré no pude dormir. Así que termino dando las gracias a ese enfermo desconocido cuya risa me ha hecho sentir parte de un todo que no entiendo, porque yo no he hecho nada; la única persona con mérito es la que, queriendo cuidarlo, le dio a conocer a Ajonio. Pero qué queréis que os diga: a mí, me conmueve.

                Feliz cumpleaños, Ajonio.



                       

  



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lunes, 10 de noviembre de 2014

miércoles, 23 de octubre de 2013

El futuro del libro



En uno de los artículos más leídos de este blog (Vargas Llosa, el ebook y la literatura banal), decía hace año y medio: “a medida que el ebook vaya creciendo irán cayendo las librerías tradicionales. En consecuencia, la difusión masiva quedará reservada a las obras que decidan las empresas propietarias de los pocos escaparates virtuales relevantes.”
Viene esto a cuenta de que en España, según leo en un artículo, Amazon y Apple venden el 70% de los libros digitales, y en Estados Unidos esas dos empresas copan el 90% del mercado. El futuro, en esas condiciones, es desalentador. Las empresas no hacen cultura, sino negocio (no es una crítica, es la realidad); el negocio está vinculado a las grandes cantidades, y las grandes cifras de ventas solo se pueden conseguir, salvo excepciones, a través de obras con mensajes livianos, porque para ser asequibles al ciudadano medio (solo vendiéndole a él es posible un elevado volumen de ventas) no deben rebasar su nivel, que es un nivel medio por definición.
No defiendo con eso el elitismo de la cultura, pero sí digo que esas obras meritorias y complejas, las que no pueden entenderse sin aunar lectura y reflexión, esas obras que por su exigencia leen pocos pero cuya influencia antes o después llega a todos, cada vez van tener menos lectores, y, por tanto, cada vez va a ser menor la influencia de lo mejor.


lunes, 21 de enero de 2013

Un frío de muerte - Fedra Egea




He aquí un libro para leer en invierno, con mucho frío, cuanto más mejor, para que así sea más sencillo ambientarse. Y en que en Un frío de muerte hace mucho. Hasta 19 bajo cero llegan a marcar los termómetros en la imaginaria estación de esquí española donde transcurre casi toda la acción; una estación peculiar, por su cercanía al mar, aunque todos los escenarios son ficticios.
La historia comienza con una protagonista, médico de profesión, hasta las narices de su pareja, un conocido periodista. Tan harta está que se marcha a la ciudad pensando en la separación, pero en pleno viaje se topa en la carretera a un tipo de lo más maltrecho. Lo sube al coche, y acaba curándolo en casa. El hombre es un jugador de baloncesto ruso que milita en el equipo de la ciudad, también imaginaria, que completa el marco de la novela. Y ocurre, además, que uno o dos días después es asesinado un directivo del club de baloncesto. Tanto el jugador como la médico deciden entonces hacer de detectives.

Este es el planteamiento. El desarrollo transcurre entre las idas y venidas de la ciudad a la estación, y en medio de los intereses de los aspirantes a presidir el club, lo que facilita la aparición de un buen número de personajes bien posicionados socialmente; algunos de ellos, incluso, viajan habitualmente en helicóptero. La trama principal se mezcla con las cuestiones afectivas (¿qué ocurre con la protagonista, su pareja, el jugador y la novia de este?) y con hechos que pueden ser interpretados de diversas formas con consecuencias muy distintas. ¿Cómo acaba todo? Lo sabrá quien lea esta original historia. 

Y ya que la cito, la originalidad se basa en tres elementos:

-Lo pintoresco de los detectives: un jugador de baloncesto ruso y una médico española. Ni que decir tiene que sus posibilidades de investigación se basan en la observación, los “interrogatorios disimulados” y, sobre todo, en darle muchas vueltas a la cabeza, amén de alguna que otra aventurilla arriesgada. Esto, en algún momento, genera cierta reiteración, aunque perfectamente asumible. Eso sí: el jugador no es el deportista al uso; se trata de un hombre más cultivado de lo normal; además, tiene una osadía un tanto inconsciente que viene bien a la novela y que da encanto al personaje, haciendo de él un tipo tan afable como desconcertante.

-Lo poco habitual del entorno. Ni las estaciones de esquí ni los equipos de baloncesto (y menos todo mezclado) son paisaje frecuente en las novelas negras. El conjunto ofrece una “estética” atractiva y difícil de olvidar: paisajes blancos y tipos largiruchos. Parece una cuestión menor, pero no es ninguna tontería. Hay novelas que se recuerdan por sus paisajes (se me ocurre, por ejemplo, Zapatos italianos, de Mankell), y esta es una de ellas.
-La adaptación de la acción al entorno. Es quizá lo más complicado de explicar, porque no hay dos estaciones de esquí iguales y, por tanto, a veces resulta complicado imaginar cómo pueden darse según qué situaciones. Esto me ha despistado un poco, pero no porque interfiera en el desarrollo de los acontecimientos, que en una novela son los que dice el autor y no otros, sino porque (mea culpa) siendo muchas estaciones de esquí entornos muy atípicos y con circunstancias tan cambiantes que pueden pasar de lugar idílico a infierno en cuestión de pocos minutos, o de pocas horas, no he podido dejar de preguntarme, condicionado por poco que sé de estos sitios, hasta qué punto pueden hacerse o no, o en qué condiciones, ciertas cosas. Y estas reflexiones despistan un poco, aunque también es cierto que por otro lado ayudan a meterte en la historia, pues no dejas de preguntarte cómo pueden haber ocurrido ciertas cosas y, de alguna manera, comienza uno a darle vueltas a la cabeza tal y como hacen los protagonistas. Dicho de otra forma, el lector se enfrenta a dos problemas: lo que sabe o no sabe sobre estaciones de esquí (que condiciona su visión), y (de esto seguramente el lector es menos consciente) lo que saben o no saben de ese tema los protagonistas cuando se ponen a elucubrar en voz alta.
La primera mitad de la novela (el 45% en concreto, porque está en formato electrónico), me la ventilé muy rápidamente, lo que prueba el interés que despierta. Luego sufrí un pequeño parón de un día o dos debido al poco tiempo que pude dedicar a leer, pero cuando enfilé el último tercio ya no la dejé. Y es que Un frío de muerte mantiene hasta el final la incógnita. Y no solo eso, la autora, poco antes de acabar, se permite una pirueta (que no voy a desvelar para no chafar la historia) que opera en el lector como una montaña rusa.
En resumen, una novela negra original y entretenida, de las que dejan huella tanto por lo peculiar de los personajes (sobre todo el jugador) como por el paisaje, y que además solo me costó algo más de dos euros y medio en Amazon.

martes, 15 de mayo de 2012

Literatura de humor y libros de humor


Quienes de vez en cuando escribimos literatura de humor nos topamos con un problemilla desconocido para el resto de los mortales:  las clasificaciones de las librerías no distinguen entre literatura de humor y libros de humor. Y así, como cualquiera puede comprobar en Amazon, FNAC o donde se le antoje, ocurre que bajo el epígrafe “humor” Cervantes o Quevedo, u otros más recientes como Sharpe, Wodehouse o Mendoza, por citar autores consagrados, conviven con creaciones humorísticas que nada tienen que ver con la literatura, por más que estén impresas o puedan llegar a ser muy divertidas. Una mezcla comprensible por razones de exposición, pero que en nada beneficia al humor como género literario.


lunes, 19 de septiembre de 2011

La importancia de empezar bien


Mi amiga Marta Querol acaba de poner a la venta en Amazon, en formato ebook, su estupenda novela El final del Ave Fénix (en papel, editada por Aladena), finalista del Premio Planeta hace unos años, a un precio muy competitivo comparado con los libros en papel.

Pese a lo mucho que se habla del tema, el ebook todavía está naciendo, y le falta bastante para poder hacer sombra al libro tradicional. El cambio llevará mucho más tiempo que, por ejemplo, el producido en la música, pero es inevitable. Todos, unos años antes o después, haremos el cambio. La forma y el plazo en que cada uno lo hará dependerá, en gran medida, de sus primeras experiencias. Y es que hacer las cosas bien desde el comienzo influye en la suerte de casi todo lo que hacemos. Si el primer ebook que uno lee es una patada al intelecto, sentirá las mismas ganas de leer ebooks que de comprarse tal o cual equipo de música si lo primero que le hacen escuchar en él es a Leonardo Dantés. En cambio, si se estrena con un buen libro, es fácil que se aficione al instante al ebook, como uno vuelve al restaurante donde la primera vez le pusieron un plato exquisito en lugar de un emplasto churruscado. Quizá el restaurante tenga platos buenos y malos, pero si la primera vez nos ha ido bien, volveremos.

Así que dos son las decisiones a tomar por quienes se inicien en la lectura de libros electrónicos: la primera, elegir el aparatito. La segunda, que sus primeras lecturas sean lo bastante buenas como para seguir deseando usarlo. Cuando me compre un artilugio de esos, una de las primeras cosas que haré será leer un buen libro. Un libro bueno de verdad. Por eso, para andar sobre seguro, es fácil que me dé por releer algo. Quizá sea El final del Ave Fénix, que me ha traído a la cabeza esta reflexión. O quizá “el honor” corresponda a otro. Da igual: la cuestión será elegir un buen libro no solo para disfrutar, sino para no acabar olvidando el e-reader en el primer cajón que encuentre a mano.