En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

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jueves, 15 de junio de 2023

domingo, 30 de enero de 2022

lunes, 16 de enero de 2017

Reflexiones sobre literatura y humor,




"En Francia no se toma en serio a los escritores que se lo pasan bien, y, sin embargo, es curioso que la novela moderna surgiera con Rabelais y Cervantes, que hicieron novelas cómicas”

Frederic Beigbeder. Revista Nuestro tiempo.


lunes, 15 de agosto de 2016

Reflexiones sobre literatura y humor



—Su sentido del humor, ¿hasta qué punto es debido a esa adolescencia tan torturada que tuvo, a la necesidad de superarla?
—No sabría qué decirle, porque yo no entiendo el humor. Sé lo que hace reír, pero nunca he entendido por qué se produce la risa, lo que hay detrás de la risa. Hay muchos misterios en la vida. Se puede saber si uno tiene humor antes de que abra la boca; lo mismo que la inteligencia, que se nota con mirar a los ojos a una persona. Odio los chistes, a la gente que se empeña en contarme chistes. No me hacen ninguna gracia ni creo que tengan nada que ver con el humor.
Tom Sharpe. Entrevista en El País, 1991.


sábado, 16 de mayo de 2015

Reflexiones sobre literatura y humor,



"El humor no nos salva; no sirve prácticamente para nada. Uno puede enfrentarse a los acontecimientos de la vida con humor durante años, a veces muchos años, y en algunos casos puede mantener una actitud humorística casi hasta el final; pero la vida siempre nos rompe en corazón. Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acaba con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reírse. A fin de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas, sólo queda la muerte."

"Las partículas elementales", Michel Houellebecq


sábado, 28 de febrero de 2015

Reflexiones sobre literatura y humor,



"Y sin tomarse lo que voy a decir al pie de la letra, me atrevería a asegurar que, al menos en principio, creo haber inventado la medicina contra el fanatismo. El sentido del humor es un gran remedio. Jamás he visto en mi vida a un fanático con sentido del humor."




sábado, 21 de febrero de 2015

sábado, 14 de febrero de 2015

Reflexiones sobre literatura y humor,



—¿Usted cree que el humor es diferente en cada país o que todo el mundo se ríe por lo mismo?
—Creo que hay un humor inglés, un humor alemán, que es por cierto básicamente anal. Y ustedes también tienen un humor especial. Me llamó la atención que cuando, grabando un programa en televisión, me dio un infarto, lo que de verdad les horrorizaba a los españoles era que yo bromeara sobre mi situación, sobre la posibilidad de morirme. Bromear sobre la propia muerte es bueno, aunque es una idea que me horroriza. Había un humorista muy popular en Inglaterra que entre otras bromas tenía en su repertorio una que consistía en hacer magia y que siempre le saliera mal. Era muy divertido. Un día, en el escenario, se agarró el corazón, se movió dos o tres veces y cayó al suelo. La gente aplaudió hasta darse cuenta de que había muerto de verdad. Es una buena muerte. Muy poca gente consigue aplausos después de muerto.
Tom Sharpe. Entrevista en El País. 1991


sábado, 7 de febrero de 2015

Reflexiones sobre literatura y humor,



"Chaplin y Keaton siguen siendo los mejores, los incomparables. Ellos conocen el secreto. Ellos saben que no hay asunto más serio que la risa, arte de mucho pero mucho trabajo, y que dar de reír a los demás es  lo más hermoso que hacerse pueda mientras siga el mundo girando en el universo".


Eduardo Galeano. Memoria del fuego. El siglo del viento.

sábado, 31 de enero de 2015

Reflexiones sobre literatura y humor,



"En Francia, y por reflejo en España, Italia y Alemania, el humor quedó excluido de la literatura seria, cosa que no había pasado antes. La literatura francesa del siglo XVIII es de  humor, Voltaire, Diderot y toda esa gente, pero en el siglo XIX se vuelve muy seria, y eso contagia a los otros países. El humor se deja en manos de lo más chabacano. En Polonia, un país acostumbrado a muchas opresiones externas o internas, la literatura de humor sigue siendo una válvula de escape y la valoran mucho. Entonces aprecian a alguien a quien no le importa escribir cosas de risa."

Eduardo Mendoza. Entrevista en Jot Down.


sábado, 24 de enero de 2015

Reflexiones sobre literatura y humor,



-¿Y escribir sin humor?
-Sí, lo realmente difícil es escribir con humor y hacer reír a la gente. La mayoría de los escritores escriben libros serios. Yo quise ser uno de ellos hasta los 41, cuando me encontré a mí mismo escribiendo Reunión tumultuosa.

sábado, 10 de enero de 2015

Reflexiones sobre literatura y humor,



«Detesto la carcajada sonora y total: aquella que hace tanto ruido y nos hace abrir tan grande la boca que hasta se nos cierran los ojos, dejándonos ciegos y sordos, incapacitados por lo tanto para la más mínima observación y reflexión» 



Alfredo Bryce Echenique. Conferencia Spinoza.


viernes, 26 de diciembre de 2014

Los Grope - Tom Sharpe



            De vez en cuando hay lecturas que se atragantan. Unas veces debido al libro, otras al lector. A veces confluyen las dos cosas, como en esta ocasión. El resultado es que esta novela, más bien corta, la comencé en mayo y la he terminado en diciembre. Casi nada.

            Si no me equivoco Los Grope es la última o penúltima obra de Sharpe (en 2009 apareció esta y La herencia de Wilt) y, desde luego, es también la última por calidad, hasta el punto de que uno duda de los motivos de su publicación.

            El argumento es bastante pobre y deslavazado. Comienza remontándose unos cientos de años, a la fundación de una dinastía matriarcal, los Grope, cuyo origen está en la más fea del lugar y en un vikingo invasor que decidió quedarse porque se mareaba en el barco, y prosigue narrando la evolución de la saga, lo cual anticipa un argumento que luego no se cumple, porque para contar lo que se acaba contando, el comienzo es irrelevante. La trama en sí poco tiene que ver con las primeras docenas de páginas, y gira en torno a las aventuras y desventuras de un matrimonio (él, aburrido empleado de banca, ella, histérica lectora de novelas rosa) y su amado hijito, el hermano de la esposa (turbio negociante) y la esposa de este (una Grope).

            Un buen cúmulo de insensateces inconexas conducen a cada uno por un sitio y a la Grope donde “debería”. Si lo mejor de Sharpe siempre ha sido el enredo, en este caso no llega a existir, solo hay, a lo sumo, confusión, y la solución dada a cada uno de los personajes es de una pobreza notable, además de haber prescindido de esas escenas que en otras novelas representan puntos álgidos. En resumen, comparada con otras del mismo autor Los Grope parece un querer y no poder. 

               Una mala despedida, me temo.





lunes, 28 de julio de 2014

Reflexiones sobre literatura y humor,



"Esperemos que cuando las personas mayores, las pedantes y los cursis dejen de dar la lata, Álvaro consiga la gran ilusión de todos los humoristas, que es dirigir el Boletín Oficial del Estado. Que esto suceda pronto".

Antonio Mingote. Prólogo a Se busca rey en buen estado, de Álvaro de Laiglesia.


jueves, 27 de marzo de 2014

Reflexiones sobre literatura y humor, 20



         Las dedicatorias son todo un arte. En algunos casos, como en este de Fernando Marías en el prólogo de El laberinto de las aceitunas, de Eduardo Mendoza, más que una dedicatoria es un brevísimo resumen de lo que piensa del libro: basta su recuerdo para sonreír. 




jueves, 22 de agosto de 2013

Reflexiones sobre literatura y humor, 18



"-¡Oh, amigo John, qué mundo tan extraño el nuestro! Un mundo bien triste, lleno de preocupaciones, de miserias, de desdichas. Y, sin embargo, cuando llega la Risa, todo baila en el aire. Los corazones atormentados, los huesos de los cementerios, y las lágrimas que queman las mejillas, todo danza al son de la música que emite la risa por la boca en la que nunca se dibuja la menor sonrisa. Créeme, amigo mío, hemos de estarle agradecidos a la Risa. Ya que nosotros, hombre y mujeres, podemos compararnos a unos cordones de los que tira alguien de uno y otro cabo; luego, se vierte el llanto y, como el efecto de la lluvia sobre los cordajes, estos se endurecen, hasta que la tensión se torna insoportable, y entonces nos abatimos. En ese momento, llega la Risa como un rayo de sol y distiende la cuerda; de este modo, podemos proseguir nuestra labor, sea cual sea".

Bram Stoker. Drácula.



jueves, 8 de agosto de 2013

Reflexiones sobre literatura y humor, 17


"Pregunta: Dice que le encanta reírse, pero en Intemperie no hay ni una gota de sentido del humor.


Respuesta: Me gustaría, pero el humor es difícil. Admiro tanto a Eduardo Mendoza, a Tom Sharpe, a Shakespeare, a Oscar Wilde… Mendoza dice que siempre ha sido un género denostado, y yo añado que además es un género complicadísimo. A lo mejor, porque hay pocos escritores capaces de asumirlo con solvencia, directamente se desprecia. Si en mis próximas novelas voy incorporando el humor, significará que voy ganando aptitudes como escritor. Quizá mi última obra sea desternillante, la que haga antes de jubilarme."


Jesús Carrasco. Entrevista en El País.

lunes, 10 de junio de 2013

Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes? – Enrique Jardiel Poncela



Magnífica novela de humor, en la que se nota que el autor se lo pasó en grande escribiéndola (entre otras cosas porque escribió lo que le dio la gana y como le dio la gana) y en la que el lector no se lo pasa peor. Un humor, además, que sin darnos cuenta nos hace pensar, ya que se basa con frecuencia en la descarnada denuncia de comportamientos generalizados aunque poco presentables en sociedad, fundados unos en la incompetencia, otros en la estupidez, muchos en el egoísmo y el resto en el instinto. Junto a eso coqueteos con el absurdo, exageración a raudales, comparaciones cómicas de gran fuerza, y un constante juego con el lector, amén de la forma en que Jardiel se ríe de sí mismo y de las críticas lanzadas a diestro y siniestro en forma de breves y contundentes puyas.
                Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes? es una novela basada en el mito de don Juan. Pero Jardiel lo hace a su manera. Para empezar don Juan se llama don Pedro, y ya desde la primera página es un consumado burlador. De hecho, el buen hombre lleva una contabilidad de conquistas, junto a un archivo donde detalla las características y táctica de seducción empleada, lo cual ofrece el caricaturesco dato de más de 37.000 “éxitos” (os voy a ahorrar el cálculo: en los aproximadamente 20 años de “trabajo” de don Pedro, la media sale a unas cinco conquistas diarias. Todo un atleta, el caballero). De hecho, don Pedro es en todo una caricatura del don Juan. Pero la novela alterna las reflexiones del autor con la acción, y dentro de esta se narran hechos relevantes y anecdóticos dando a todos ellos la misma importancia. También es muy graciosa la forma de exposición, que en ocasiones tiene más de análisis que de narración, como cuando se enumeran, por ejemplo, las razones por las que don Juan es un idiota.
                Lo que en la divertidísima Amor se escribe sin hache es punto final (la idea, poco original, de que nada desmotiva tanto como alcanzar el éxito), en Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes? es el punto de partida hacia un final completamente opuesto: qué ocurre cuando la ambición no se ve satisfecha. ¿Y qué ambición puede verse insatisfecha en don Juan? La de amar. Porque don Juan, el don Juan clásico, no ambiciona amar, sino jugar con el amor, jugar a ser amado; de ahí que don Pedro, presentado como su legítimo sucesor, lleve esa contabilidad. Pero... ¿qué le ocurrirá a don Juan/don Pedro el día en que ame?
                No anticipo demasiado si digo algo evidente: que la pericia profesional a menudo guarda una relación inversa con el interés personal en un asunto. De la misma manera que el mejor cirujano suda tinta si quien está tripa arriba en la mesa del quirófano es su esposa, las artes de don Juan pierden eficacia cuando en lugar de dirigirse a una “víctima” se dirigen a una persona en verdad amada.
                Para más escarnio del pobre don Pedro/ don Juan, cuando cae víctima del amor, en quien acaba fijándose es en su alter ego femenino: Vivola, que cuenta en su haber con bastantes más de 37.000 conquistas.
                En cuanto a la estructura, los hechos alternan con las soflamas y las reflexiones, lo principal con lo anecdótico, los dibujitos típicos de Jardiel aparecen allí donde le parece bien... Nada parecido a lo que se está acostumbrado y, sin embargo, se lee muy bien, porque tiene el desorden de las conversaciones, y esta novela es una larga conversación entre autor y lector.
              Llama la atención, por último, el tratamiento que durante buena parte de la novela se da a las mujeres no solo por parte del protagonista, que de alguna manera es lógico en un don Juan, sino también por parte del autor, lo que he la granjeado fama de misógino. Pese a que todo gira en torno a ellas, no salen precisamente bien paradas. Pero digamos también que la novela fue escrita en 1930, y, por tanto, es complicado saber qué parte de la visión de las mujeres se debe a la relación del autor con ellas, y qué parte es la parodia de las críticas que muchos debían hacer desde la mentalidad del siglo XIX (en la que se habían educado los adultos de 1930) ante una situación de cambio en los roles sociales que resultaba, para muchos, incluso estrafalaria.