Mi amiga Marta Querol acaba de poner a la venta en Amazon, en formato ebook, su estupenda novela El final del Ave Fénix (en papel, editada por Aladena), finalista del Premio Planeta hace unos años, a un precio muy competitivo comparado con los libros en papel.
Pese a lo mucho que se habla del tema, el ebook todavía está naciendo, y le falta bastante para poder hacer sombra al libro tradicional. El cambio llevará mucho más tiempo que, por ejemplo, el producido en la música, pero es inevitable. Todos, unos años antes o después, haremos el cambio. La forma y el plazo en que cada uno lo hará dependerá, en gran medida, de sus primeras experiencias. Y es que hacer las cosas bien desde el comienzo influye en la suerte de casi todo lo que hacemos. Si el primer ebook que uno lee es una patada al intelecto, sentirá las mismas ganas de leer ebooks que de comprarse tal o cual equipo de música si lo primero que le hacen escuchar en él es a Leonardo Dantés. En cambio, si se estrena con un buen libro, es fácil que se aficione al instante al ebook, como uno vuelve al restaurante donde la primera vez le pusieron un plato exquisito en lugar de un emplasto churruscado. Quizá el restaurante tenga platos buenos y malos, pero si la primera vez nos ha ido bien, volveremos.
Así que dos son las decisiones a tomar por quienes se inicien en la lectura de libros electrónicos: la primera, elegir el aparatito. La segunda, que sus primeras lecturas sean lo bastante buenas como para seguir deseando usarlo. Cuando me compre un artilugio de esos, una de las primeras cosas que haré será leer un buen libro. Un libro bueno de verdad. Por eso, para andar sobre seguro, es fácil que me dé por releer algo. Quizá sea El final del Ave Fénix, que me ha traído a la cabeza esta reflexión. O quizá “el honor” corresponda a otro. Da igual: la cuestión será elegir un buen libro no solo para disfrutar, sino para no acabar olvidando el e-reader en el primer cajón que encuentre a mano.
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