En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

miércoles, 7 de agosto de 2019

Una voz en la noche – Andrea Camilleri





(Serie Montalbano, 25)


La muerte de Andrea Camilleri me sorprendió (es un decir, porque con casi 94 años y tras un reciente arrechucho el hombre estaba ya fatal) en Roma. Habiendo leído alrededor de cuarenta libros suyos le debía el agradecimiento suficiente para haber pasado por la capilla ardiente que no llegó a instalarse en ningún sitio por expreso deseo del propio autor. Y el funeral se celebró en la intimidad seguramente porque de otro modo hubieran sido legión los asistentes. Así que, en cuanto tuve ocasión, leer un nuevo libro suyo más que un acto de homenaje fue una necesidad. La necesidad de despedirte de quien más que un autor es ya un amigo, pues amigo es quien tantas y tantas veces te ha hecho disfrutar. Lo gracioso es que me ocurrió como a Montalbano cuando llega hambriento a la trattoria de Enzo y éste le ofrece un plato siempre suculento: me trinqué ración doble. Leí Una voz en la noche y, a renglón seguido y con la misma sensación de necesidad, Un nido de víboras.

Aquí reseño el primero.

Un niñato al volante de un potente coche tiene un altercado con el comisario Montalbano el día en que este cumple 58 años, efeméride que el policía lleva con la alegría aneja a considerarse un abuelete decrépito. Montalbano, en tan mal día y siendo tan dado a dejarse llevar por los impulsos, acaba teniendo un comportamiento algo más que abusivo con el niñato. Pero el chaval resulta ser hijo de un importante cargo político, lo que activa cierto resorte en forma de abogado.

Paralelamente (es un decir, porque la maestría de Camilleri para hacer converger historias independientes es ya, a estas alturas, tan conocida como previsible) se produce un robo en un supermercado (como en El perro de terracota) controlado por la mafia. El interrogatorio del director permite averiguar cosas no solo a la policía, sino también al propio director, lo que desemboca en acusaciones contra los métodos de Montalbano y los suyos que alcanzan el culmen cuando el director se suicida.

Se suicida como todos los que se suicidan en estos casos: contra su voluntad.

O eso cree Montalbano, y el lector se encargará de comprobar si acierta o no siguiendo sus peripecias.

Para colmo, la novia del niñato aparece muerta, asesinada de forma salvaje.

Una voz en la noche me hace pensar que, a medida que las novelas de Montalbano se suceden y el lector ya conoce tanto del personaje, Camilleri ha ido reforzando el deje de guionista que siempre ha sido en detrimento del escritor al uso. La historia se construye sobre diálogos sumamente ágiles, con dosis mínimas de información, descripciones sucintas, economizando lenguaje y jugando en todo momento –como harían los guionistas de una serie de éxito- con lo mucho que ya saben los lectores sobre el personaje, de modo que al final la historia la construyen a dúo, autor y lector.

El resultado es que las inevitables reiteraciones de tan breves no afectan a la lectura (a diferencia de lo que ocurre, volviendo al principio, con la siguiente novela de la saga, como contaré en su momento), y que Una voz en la noche –que suscita el interés a cada línea- se lee con una facilidad pasmosa.

En resumen: que «más de lo mismo», una expresión que suele sonar a crítica, cuando se refiere a las novelas de Camilleri es una bendición, por más que Montalbano, y a través de él Camilleri, aborrezcan las expresiones hechas.



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