Serie Mundodisco, 4
Mort, abreviatura de Mortimer, en un muchacho entre torpe e inútil que, en el último momento, consigue trabajo como ayudante de la Muerte en el pintoresco mundo creado por Terry Pratchett en el que conviven en paz y armonía la lógica, la magia y los anacronismos. Pero la Muerte, aunque a todos nos inquieta, es buena persona (o buena lo que sea) y, sobre todo, muy profesional: hace su trabajo sin dejarse llevar por emociones o intereses, sin sentimiento de justicia o injusticia.
Ocurre, sin embargo, que Mort es algo más torpe que ella, y en el momento en que debe liquidar a cierta princesa que le ha parecido guapísima, acaba cargándose al tipo que la iba a asesinar. Con semejante desaguisado, y dado que futuro es como es y todo está predeterminado en los relojes de arena que marcan la existencia de cada cual, el lío está asegurado. En concreto, con su torpeza Mort ha creado dos realidades paralelas. El problema es, sin embargo, temporal: la realidad, la buena, con su inercia y amplitud, acabará imponiéndose a la creada por la torpeza de Mort, lo cual implicará, cómo no, la muerte de la princesa. Claro que Mort ha hecho tilín a alguien, la joven adolescente de cincuenta y tantos años –pero con apariencia de dieciséis- que es hija adoptiva de la muerte, y en medio se meterá también un joven hechicero no muy brillante y hasta nada menos que el fundador de la Universidad Invisible, a quien todos daban por muerto dos milenios atrás.
Con todo este disparate y jugando con el concepto del tiempo en relación a la muerte (¿existe el tiempo para la muerte?) Terry Pratchett consigue el milagro de construir una historia completamente lógica, racional y plena de humor inteligentísimo, donde el eufemismo, el disimulo y los juegos de palabras tienen un papel esencial. Mort es una novela muy entretenida, divertida y con el gran mérito de saber entrelazar todos esos elementos tan locos para hacer algo coherente. Una especie de milagro. Ni Saramago, aunque en otro registro, consiguió algo así en Las intermitencias de la muerte, que comenzó bien y se le acabó yendo de las manos, que comenzó siendo una novela de reflexión y terminó siendo una parodia de sí misma. Mort, en cambio, es lo que es de principio a fin: una fantástica novela de humor llena de inteligencia e imaginación donde, si algo tiene la muerte, es que por ella el tiempo no pasa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario