(Colomba Caselli y Dante Torre, 1)
A una buena novela no se le exige realismo, sino verosimilitud. De lo primero no hay rastro en No está solo, y de lo segundo no mucho, si bien hay que reconocer que la acción es tan intensa que el interés que no despierta como historia lo despierta como misterio. Todo un thriller estructurado con enorme solvencia que se lee muy rápido arrastrado por la curiosidad, y en el que fallan dos cosas relacionadas con lo que acabo de decir: el trasfondo final de la historia, un tanto manido, y unos protagonistas demasiado acartonados y poco creíbles.
A una buena novela no se le exige realismo, sino verosimilitud. De lo primero no hay rastro en No está solo, y de lo segundo no mucho, si bien hay que reconocer que la acción es tan intensa que el interés que no despierta como historia lo despierta como misterio. Todo un thriller estructurado con enorme solvencia que se lee muy rápido arrastrado por la curiosidad, y en el que fallan dos cosas relacionadas con lo que acabo de decir: el trasfondo final de la historia, un tanto manido, y unos protagonistas demasiado acartonados y poco creíbles.
Un niño
que iba con su madre desaparece en Roma a la vez que ella aparece asesinada. El
jefe policial, un tipo discreto, sensato y competente, pide a una concienzuda,
bella y atlética policía de baja por un trauma profesional, Colomba Caselli,
que indague por su cuenta y que como ayuda eche mano de un singular caballero
con una extraordinaria perspicacia psicológica para encontrar desaparecidos:
Dante Torre, el cual debe su habilidad a su anormal desarrollo; pasó una
barbaridad de años, desde los seis hasta el fin de adolescencia, secuestrado en
un pequeño silo sin ver a otra persona que una especie de «domador» que ocultaba
su rostro y se hacía llamar «el Padre». Sin embargo, a tan tortuoso pasado
también debe otras cosas: una fortísima claustrofobia, un sinfín de manías y un
carácter tal que parece un teleñeco. Además, el caballero tiene dinero en
abundancia y no duda en gastarlo en pro de la causa (¡cuántas veces se utiliza
el recurso de un tipo adinerado en las novelas de intriga!).
Colomba
es un personaje demasiado neutro para resultar atractivo; solo al final se va
perfilando. Con Dante ocurre lo contrario: su extravagancia inicial mengua por
necesidades de la acción. Respecto a los secundarios, hay de todo, pero
respondiendo siempre a los perfiles tópicos de lo mediocre de este género. El peor dibujado,
sin duda, es el malo malísimo (no digo más para no reventar la historia) que
tras ser durante toda la novela aquello que cada lector haya imaginado, termina
siendo casi una caricatura.
Como
buen thriller cada paso de un personaje abre puertas que profundizan en
laberintos de ramificaciones insospechadas. Cada cosa tiene su por qué y el
puzzle se va construyendo ante los ojos del lector. No es lo menos interesante
que la investigación pronto toca a los investigadores mucho más cerca de lo que
en un principio cabe suponer, lo que multiplica los enigmas a resolver. Los del asunto principal y los de los protagonistas. Por eso
la trama de No está solo es realmente compleja, pero se expone de manera clara,
fácil de seguir, y el modo en que se plantea y se saca adelante es tan
equilibrado que el resultado es un misterio atractivo.
Sandrone Dazieri ha firmado una buena novela de entretenimiento. Nada más.
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