En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

lunes, 24 de febrero de 2020

El salón magenta – Mário de Carvalho




              A poco que se rasca en el mundo literario, de la pintura y del arte en general, aparecen a puñados «artistas» que solo lo son en el arte de camelar un público lo bastante indiferente ante su arte como para molestarse en averiguar la verdad; «artistas» que viven por y para que se les reconozca la condición de artistas aunque su obra sea escasa y de tal mediocridad que más podría hablarse «de uno que escribe» o «de uno que pinta» que de escritores o pintores.

              El protagonista de El salón magenta es un cineasta, aunque como refunfuña en cierta ocasión, hace siglos que ascendió a director de cine. En realidad, la vida ha pasado ante sus barbas sin que haya hecho otra cosa que dar a entender que es un artista, aunque su producción ha sido mínima y mala. Y en ello sigue, diciendo estar elaborando un guion –un escrito muerto de risa- para hacer creer a todos que sigue en la brecha.

              Como está con los bolsillos vacíos, el día en que unos atracadores le dan una paliza que exige hasta escayola en una pierna no le queda más remedio que ir a la casa que su hermana mayor para dejarse cuidar. Su hermana, una profesora universitaria recientemente jubilada, tiene una casita cerca de una laguna, en una pequeña localidad portuguesa, y allí se instala el gran Miguel Gustavo Dias.

              El salón magenta recorre de modo intimista y reflexivo la vida de su protagonista a través de sus recuerdos y de la forzosa contemplación de la vida de su hermana, lo cual le permite analizar su comportamiento respecto a ella y, de paso, al lector le permite situarla.

              Postrado en un sillón, son dos los recuerdos que nublan la mente de Miguel Gustavo: la estafa a que ha sometido a todos, incluido él mismo, acerca de su valía y vocación, y sus relaciones con las mujeres. Muchas han pasado por su vida, casi todas de usar y tirar (en lo que era una actitud recíproca) excepto una. Aquella que más lo trató a él como «de usar y tirar», la que recibía a sus amigos en un salón magenta, aquella de la que se separó y de la que nunca más supo hasta conocer su muerte.

              En la inconsciente evaluación de su vida, el análisis de los recuerdos y la relación con su hermana ponen de manifiesto el ruin egoísmo de Miguel Gustavo. Egoísmo doblemente mezquino por carecer de excusas, ya que aprovecharse de él ni siquiera le ha permitido hacer una sola cosa digna de elogio. Ha tenido facilidades y no ha conseguido más que engañarse a sí mismo y encontrar, al final del camino, la triste realidad que ya el engaño no oculta a casi nadie, si no es que los que quedan engañados en realidad no están fingiendo por piedad; y, con esa terrible realidad que va apareciendo a medida que los engañados desaparecen y quedan atrás con el correr de los años, llega la penuria y el viejo consuelo del alcohol.

              Mientras, su hermana, cuya vida en apariencia ha sido gris, vulgar, mediocre, sin otras alegría ni penas que las profesionales y domésticas –entre las que figura un hijo que la engaña-, una persona de segunda a los ojos de su hermano, se va elevando poco a poco, según pasan las páginas, como un referente vital, como alguien que ha sabido qué hacer con su vida y ha sabido conducirla para, a pesar de las dificultades, saber vivir y salir adelante con la conciencia tranquila, que no es lo mismo que vivir alegre o triste. Frente al egoísmo y egocentrismo del protagonista, un hombre vano que ha pretendido ser lo que no es, se alza la discreta generosidad y afecto de una mujer decidida a ser lo que es, capaz de convertir una vida corriente en un admirable e inconsciente ejercicio de sabiduría y elegancia.



2 comentarios:

  1. No lo he leído, pero tiene muy buena pinta. Me ha encantado tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece (es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil).
    Un abrazo.

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