(Serie
Montalbano, 27)
La
agilidad de las novelas de Camilleri, con tanto diálogo, tantos hechos escuetos
y bien planteados y tan poca descripción, las hace de lectura rápida y
agradable. Además, en la serie del comisario Salvo Montalbano Camilleri suele
conseguir el milagro de que la inevitable repetición de personajes con sus
manías y costumbres no resulte tediosa. ¿Cómo lo logra?
Centrando el peso del interés en la trama que soportan los personajes, más que
en ellos, y visibilizando la trama a través de sus palabras y acciones.
El título
es una metáfora. La montaña de fango que el comisario Montalbano ve en una obra
mientras investiga la muerte de un ciclista en calzoncillos que ha aparecido con
un tiro en la espalda, le hace pensar que ciertos asuntillos relacionados con los tejemanejes en la adjudicación de obra pública forman una pirámide
de, por ser suaves, fango. Y es que estamos en Sicilia, y que la obra pública
sea o no sea, o cómo es, y si sirve para algo o no, o si se hace bien o mal,
responde más a intereses corruptos que a intereses sociales.
El muerto
vivía cerca del lugar donde ha sido encontrado. En una casita junto a su joven
y atractiva esposa, de la que no hay noticia, pero cuya figura sirve a
Camilleri –que siempre introduce en sus novelas una mujer bella y de
comportamiento sexual en apariencia «abierto»- para dejar en la historia la
chispa de erotismo a que nos tiene acostumbrados.
La
investigación avanza, como es habitual en Montalbano, poniendo a prueba no muy ortodoxamente las arriesgadas hipótesis que realiza a partir de los pocos datos
que va encontrando. Hipótesis, las más de las veces, inspiradas en la
interpretación del alma humana. En esta ocasión el comisario de Vigàta solo dispone
de unos pocos datos obtenidos en la escena del crimen y en otro lugar más, y de cierta información sobre empresas –un poco liosa por manejar varios nombres a
la vez, aunque en realidad da igual porque Camilleri, eso le honra, no los
aprovecha para jugar al despiste-. Y como en las últimas novelas la presencia
de la mafia había sido escasa, hela aquí de nuevo, con el atractivo que eso
supone cuando los criminales que organizan el berenjenal más que profesionales
del asunto son casi artistas del crimen.
Resumen
de la novela: Montalbano.
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