En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

jueves, 1 de mayo de 2014

El hombre perro – Yoram Kaniuk



Mañana Yoram Kaniuk hubiera cumplido 84 años, y he aquí un libro de los que dejan huella, aunque cuesta explicar el motivo. La tragedia empañada de humor no deja indiferente, y es quizá una de las cosas que hacen el libro difícil de asimilar, porque resulta complicado compatibilizar las dos perspectivas a la vez.

Llama la atención la absoluta renuncia a explicar las razones. Me explico: es claro por qué están en “el centro” los pacientes; pero no el proceso que los ha llevado allí; otros, con similares padecimientos, fueron capaces de vivir (o malvivir) con ellos a cuestas sin irse de la cabeza. ¿Por qué estos sí? No se sabe ni siquiera en el caso del protagonista. Consecuencia: el lector debe imaginar el grado de sufrimiento que a él le haría volverse loco, y eso no deja indiferente. Choca, en medio del drama, tanto la presentación de algunos de los enfermos –muy pintorescos, extravagantes hasta mover a la sonrisa- como la existencia de algunos personajes casi cómicos –las hermanas no sé cuántos- y alguno difícilmente comprensibles por lo extraño –hablo de Gina, demasiado perfecta para ser verdad: bonita, entregada, sin otra vida que la que se relata cuando tiene toda a sus pies, una mujer idealizada.

Cómo se llevan entre sí y cómo se relacionan los “perros” es analizado intensamente, pero por una vía indirecta: exponiendo hechos. Es algo meritorio y sin duda lo mejor del libro: ¿qué queda del ser humano, cómo se comunica, cuando sus formas de expresión normales han sido aniquiladas? ¿Cómo se expresan entonces los sentimientos más básicos?

La lectura tiene su aquel: combina pasajes muy llevaderos y entretenidos con otros de una verborrea magistral, pero difíciles de seguir por las alusiones e interpretaciones a las que el lector debe saber dar sentido.

Yoram Kaniuk. 1930-2013
Y, en todo caso, te obliga a tener presente las atrocidades que cualquiera puede cometer. Porque sí: Hitler hubo uno, pero necesitó el apoyo de tantos miles de manos que es ingenuo pensar que alguna vez en la historia ha dejado de haberlas. Simplemente, duermen. Ninguno sabemos el límite del dolor que somos capaces de soportar ni, lo que es peor, de causar. Para lo bueno y para lo malo, no somos más que animales. Y no muy inteligentes. Y fácilmente manipulables. Hitler parecía un caso excepcionalmente patológico –personal e históricamente- pero no es verdad: aunque miremos hacia otro lado ahí está Yugoslavia hace nada, por no hablar de Camboya, Ruanda... Aunque parezca increíble, la salvajada siempre es posible. Incluso donde y cuando menos se la espera. ¿A que nadie se atreve a decir que en los próximos treinta años no va a haber más barbaridades como esas? Por eso son buenos los libros que obligan a pensar, como éste.


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