En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

lunes, 17 de agosto de 2020

Belleza roja – Arantza Portabales




                Me ha sorprendido que Belleza roja no sea una novela más conocida. Comparada con la media de lo que leo, es demasiado buena para que pase inadvertida, mérito fundado en un doble motivo: una trama interesante, meticulosamente organizada y trazada, y un amplio número de personajes de vigorosa verosimilitud pese a lo atípico de alguno de ellos.

                Cada personaje es, además, una novela dentro de la novela. A medida que las páginas pasan el lector se va topando con los secretos de cada uno de ellos, vinculados a errores, pasiones y traumas que siguen latiendo bajo la apariencia de la normalidad. Ni uno se libra de tener su propia historia: los sospechosos del crimen, los policías que lo investigan… hasta el psiquiatra que trata a una de las sospechosas.

                Santiago de Compostela. En un magnífico chalet en una pequeña urbanización de lujo aparece muerta una adolescente en un «escenario» del que mejor no digo nada para no restar interés al futuro lector. Como ocurre en algunas novelas clásicas de intriga, el elenco de sospechosos, debido al momento en que el crimen se produce, es limitado y todos se conocen entre sí. La investigación va descubriendo los secretos de cada cual y cierto tejido de relaciones ocultas, de modo que ni está claro el móvil ni, por tanto, los candidatos a criminales. Un poco a lo Agatha Christie, pero en un entorno moderno y dibujado con maestría para desdibujar (con éxito) la asfixia del «modelo cerrado».

                Parte de ese efecto se logra trenzando con la historia principal las de los personajes que llegan al asunto desde fuera: los policías y el psiquiatra; otra parte se logra escapando del presente al pasado de todos los personajes y aún más allá. También la panoplia de posibles móviles despierta la curiosidad del lector. Unamos la vinculación entre el crimen y el arte y tenemos una novela original y tan verosímil por el modo en que aborda la psicología de los personajes que hasta, a pesar de lo insólito del modus operandi, parece realista.

                Una gran novela escrita en capítulos breves, de no más de cuatro, cinco o seis páginas, y la que se alternan el relato en tercera persona con las reflexiones, en primera, de una de las sospechosas. Una novela que me alegra mucho haber leído.

               
                

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