En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

jueves, 26 de noviembre de 2020

El club del crimen de los jueves – Richard Osman

 


 

                Richard Osman es uno de tantos escritores sobrevenidos a quienes la fama televisiva ha abierto fácilmente un hueco en la industria editorial, lo cual no significa necesariamente que como escritor sea un petardo, pues la novela ha llegado a países donde nadie sabe quién es Richard Osman. Otra cosa es si lo ha hecho por sus méritos literarios o comerciales, amparado en haber sido un best seller en otro sitio y sin especificar los motivos.

                Pese a que la trama es compleja y en lo inesperado de los giros se ve que ha sido intensamente trabajada, me ha parecido una novela ñoña, como esas películas que no sé si se siguen programando a las cuatro de la tarde en las televisiones. El club del crimen de los jueves está protagonizada por unos cuantos abueletes más o menos bonachones, a quienes, como recurso cómico, se les presenta unas veces como ingenuos y otras como intrépidos. ¿A que os suena? También, claro, hay uno algo gruñón. ¿A que también os suena? En consecuencia, así como la trama está bien estructurada (aunque la primera mitad de la novela sea demasiado lenta), los personajes parecen caricaturas y, salvo alguna excepción, carecen personalidad (o de algo distinto a la copia de personalidades de las peliculitas esas).

                ¿De qué trata El club del crimen de los jueves?

                De que en una especie de urbanización-centro asistencial donde viven más o menos tan ricamente un montón de jubilados, hay cuatro de ellos que, cada jueves, se dedican a recapacitar sobre crímenes no resueltos. Una afición como cualquier otra dirigida por una jubilada sobre cuyo pasado el lector hubiera agradecido saber algo más. Ocurre que un buen día es liquidado un empresario socio del dueño del tinglado, y esta buena gente comienza una investigación sui generis con cierto tira y afloja de intercambio de información con la pareja de policías que se encarga del caso. A partir de aquí, y con la intervención de unos cuantos secundarios no menos relevantes que alguno de los cuatro, se inicia una exposición de sospechosos y sus motivos, y la acción avanza descartando a unos e incluyendo a otros, al tiempo que aparecen más cosillas a investigar; todo jalonado con numerosas situaciones algo traídas por los pelos y con demasiadas concesiones a la sensiblería entre los años de todos, las defunciones de algunos y las graves enfermedades del resto, porque en semejante jardín de infancia nadie va a mejor.

                Una buena trama, pero una novela fallida por la falta de verosimilitud (que no es lo mismo que realismo) y por el abuso de situaciones y perfiles machaconamente exhibidos en las «películas de las cuatro de la tarde». Como novela de humor no llega, y como novela negra no acierta. Esperaba bastante más, aunque no sé por qué.




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