En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

miércoles, 21 de octubre de 2020

Fin de temporada – Ignacio Martínez de Pisón

 



              ¿Cuál es el valor de la verdad? ¿Y sus efectos? ¿Dependen del momento en que la verdad aflora? ¿O del momento en que se calla? ¿Qué verdades son las más importantes? ¿Las familiares?

              1977. Juan y Rosa, extremeños de Plasencia que aún no llegan a los veinte años, cruzan la frontera a Portugal para que ella pueda abortar. Pero sufren un accidente. Juan muere. Posteriormente, Rosa da a luz. La encontramos años más tarde, terminando el siglo XX al frente de un pobre camping en Tarragona, cerca de las centrales nucleares. En él vive con un hijo, Iván, que lo ignora todo sobre su pasado y que, por su edad, ya adolescente, comienza a buscar su propio camino en la vida.

              Iván echa de menos al padre que no conoció, sin saber que si su padre hubiera vivido él no hubiera nacido. Ignora casi todo sobre él y sobre el resto de sus familiares, ignora mucho incluso sobre su propia madre. Rosa, por su parte, se ha refugiado en Iván y en el recuerdo de un corto amor que, en su brevedad, tuvo la perfección de lo que no ha tenido tiempo de estropearse. Junto a ellos comienza a vivir Mabel, una mujer que se ha visto obligada a rehacer su vida. A la vez, Iván se enamora de una muchacha francesa, Céline, que vive en Toulouse. El conjunto de estas relaciones se ve condicionado por la huida del pasado en su día emprendida por Rosa y contagiada a su hijo a través de su carácter posesivo y, también, por la oscuridad que impuso sobre lo acontecido años atrás. Pero es imposible escapar del pasado porque somos fruto de él, y antes o después hay que retornar a él para comprendernos a nosotros mismos y tomar decisiones con criterio.

              Aunque a veces también el criterio o la falta de él está condicionado por cómo nos afectó el pasado.

              Fin de temporada, escrita con la clara y lúcida prosa de Ignacio Martínez de Pisón, bucea en situaciones y sentimientos profundos sin apenas esfuerzo, denotando la claridad de ideas, el dominio sobre lo que se quiere escribir y la maestría para hacerlo.  Martínez de Pisón domina el arte de narrar las relaciones familiares convulsas, que no por ser familiares dejan de irradiar sus efectos al resto de relaciones de sus personajes: amistad, amor, interés… El pasado vuelve siempre, dice Martínez de Pisón en una entrevista; y así es, porque somos su fruto, aunque cierto es que unos lo digieren mejor que otros.

              La historia, que comienza lenta, coge ritmo de modo suave, constante, hasta terminar con una intensidad desgarradora. El realismo es absoluto, tanto por la fidelidad al modo de ser y hablar de las personas como por las descripciones y la carencia de efectismos artificiales. El único efecto buscado por el autor, y alcanzado con éxito, es el poso que deja la novela tras un final, emocionalmente complejo, al que conduce la deriva de unas vidas que han creído poder avanzar sin haber levado anclas.

              Fin de temporada es también un magnífico reflejo de la sociedad y del rápido cambio de las últimas décadas. La misma persona que en 1977, con apenas 18 años, experimenta el drama de ser madre soltera y el fundado temor a una dura condena social que la convierta en una paria, tan solo veinte años después, aún joven con solo treinta y tantos, vive en un mundo que no entiende aquellas vivencias que cambiaron y aún condicionan su vida.

              Ignacio Martínez de Pisón es un maestro del realismo y de las relaciones familiares complicadas, que, al final, marcan como ningunas otras. Uno de los mejores escritores españoles. 



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