Un perro
abandonado cruza una autopista con riesgo de ser atropellado y de provocar un
accidente. Varias personas lo ven y hasta se detienen para intentar hacer algo.
Un camionero, un sacerdote, una madre y su hija… Hasta seis personajes. El
libro consiste en la versión de cada uno de ellos o, más bien, en las
reflexiones que les inspira a cada uno un mismo hecho, reflexiones dispares pues lo que en verdad las hace surgir no es el pobre
perro, sino el pasado de cada uno, lo cual viene a demostrar eso de que no vemos más que aquello que nos interesa.
Aunque
cada capítulo intenta adaptarse al modo de ser y de expresarse de
quien lo protagoniza, el conjunto es algo desvaído porque, aparte de la mucha o
poca sorpresa que cause al lector cada una de las reflexiones, su propia
heterogeneidad contribuye a esquivar los más concretos intereses del lector,
que necesariamente se ha de identificar más con una historia que con otras, lo
que provoca oscilaciones en el interés y la atención.
¿Un libro de relatos? Más bien sí, pese al hilo conductor común. Interesante.
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