En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

sábado, 28 de marzo de 2020

La brigada de Anne Capestan – Sophie Hénaff





                ¿A que alguna vez has fantaseado con recluir, dentro de un ámbito en el que te dejen en paz y solo se relacionen entre ellos, a todos los idiotas, inútiles, caraduras, vagos y gilipollas que a tu pesar te rodean?

                La policía francesa ha decidido hacerlo, creando, en un piso destartalado, una comisaría íntegramente formada por lo mejor de cada casa. Al frente han colocado a Anne Capestan, una comisaria de éxito venido abajo, algo atolondrada y con tendencia a perder el control en ciertas situaciones, la cual ha hundido su carrera tras haber disparado una bala de más.

                ¿Qué casos encomiendan a tan singular unidad? Los que ellos elijan entre los chorrocientos que se pudren sin resolver después de no sé cuántos años.

                Y de entre todos esos muertos, ¿cuáles eligen? Los muertos que tienen, literalmente, un muerto. Son los dos casos más graves. Al menos en eso tienen criterio.

                Lo que no tienen son demasiadas facultades para investigar, porque son más un cúmulo de personas almacenadas que una unidad formalmente reconocida, lo cual obliga a Anne a pedir ciertos favores y, también, a intentar nadar entre las agitadas aguas de los jefes que una vez la estimaron o respetaron y ahora, sobre todo algunos, cuando no la desprecian se mofan o, simplemente, la evitan.

                La comisaría calamidad está compuesta con cuarenta o cincuenta personas, la mayor parte de las cuales ni se molestan en llegar a poner los pies en ella. En el resto, hay un poco de todo, desde un agente gafe  del que todos huyen hasta un ex de asuntos internos y una policía, escritora de éxito, que, aburrida, se ha reincorporado al cuerpo acompañada por su perro.

                Con estos mimbres, y sin otra posibilidad de investigación que examinar las pruebas que se realizaron en el año de Maricastaña e interrogar a quien se les ocurra, aunque la acción es formalmente seria es imposible no hablar del humor que impregna cada línea y que aparece constantemente de modo natural, en algunas ocasiones sutil, y solo alguna vez algo forzado. A ello contribuye el lenguaje fluido, sin malabarismos, conciso y claro.

                Como en otras muchas historias negras, casos en apariencia independientes tienen puntos en común. Lo que nadie esperaba (¿o alguno sí?) es que, además de desentrañarlos, la calamitosa brigada de Anne Capestan, sin medios y con tanto bicho raro, fuera capaz de descubrir, también, por qué nadie los había llegado a resolver jamás.

               Sophie Hénaff, una escritora con una biografía peculiar, ha firmado una novela de lo más agradable y entretenida.



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