En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

jueves, 9 de abril de 2020

Recuerdos durmientes – Patrick Modiano




       Pocas veces me he encontrado con una sinopsis que refleje tan bien el contenido de un libro:

       "París, años sesenta. Un chico solitario mantiene una serie de encuentros sucesivos y a veces fugaces con seis mujeres enigmáticas: Mireille Ourousov, Geneviève Dallame, Madeleine Péraud, Madame Hubersen, Martine Hayward y una joven cuyo nombre no llegamos a conocer. Algunas de ellas son viejas conocidas que han aparecido en otros libros del autor. El escenario, como tantas veces en la obra de Modiano, vuelve a ser un París entre la realidad, la memoria y el ensueño, cuyas calles se convierten en itinerarios de un mapa mental. Aparecen hoteles, cafés y apartamentos, la afición al espiritismo, ciertas lecturas que dejan huella y también un cadáver y una huida. Porque una de esas mujeres ha matado a un hombre, parece que de forma accidental. A algunas de ellas el joven protagonista las reencontrará años después: a una la verá llevando de la mano a un niño, su hijo; otra reaparecerá con una cicatriz atravesándole la frente... Todos estos encuentros y reencuentros son evocados, cincuenta años más tarde, por el hombre maduro en el que se ha convertido ese joven, por el narrador que convoca el huidizo pasado y a seis mujeres envueltas en el misterio que en mayor o menor medida le marcaron para el resto de su vida. Este es el primer libro que Patrick Modiano publica tras ganar el Premio Nobel, y supone una nueva vuelta de tuerca a su magnético universo literario. Una narración breve, insinuante, ambigua, hecha de pinceladas y silencios, sobre lo que pervive en la memoria y lo que queda en el olvido."

No hay mucho más que añadir, fuera del ambiente introspectivo que hace del libro un recuerdo -o un intento de recuerdo- compartido entre el narrador y el lector. Una memoria fragmentada, pero a la vez lúcida e intensa que alcanza a detalles demasiado precisos para ser realista sin que por ello pierda un ápice de verosimilitud. Se diría que a la memoria del narrador llegan los pormenores precisos para hacer del pasado un rompecabezas que atrae resolver. Sin embargo, ese reto no alcanza a una de las preguntas que no deja de hacerse el lector: por qué el narrador es como es, por qué es tan desapegado de las personas, por qué ha huido siempre de ellas aunque de alguna manera también las ha ido buscando, por qué ese ir y venir entre la soledad y los contactos fugaces.

Relatos durmientes está escrito con una precisión asombrosa, tanto en la estructura -qué profundas sensaciones se transmiten en tan pocas páginas- como en el dominio del lenguaje que le permite transmitir información a través de las sensaciones que crea con él, haciendo que las palabras digan mucho más de lo que aporta su significado.



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