Las alas de la esfinge (Serie Montalbano, 15)
En un
vertedero en las cercanías de Vigàta aparece el cadáver desnudo de una joven.
Tiene el rostro desfigurado y, en la espalda, un pequeño tatuaje.
El
comisario Montalbano debe hacer frente al caso a la vez que al inminente
naufragio de su relación con Livia. Tras años de ser pareja a distancia
viéndose cuando pueden, la situación está al borde de una gélida ruptura. ¿Cómo
pueden apenas dirigirse la palabra dos personas que se han querido y lo han
compartido todo?
Entre
esos dos problemas debe lidiar el protagonista, y lo hace a través de sus
debates internos, siempre escenificados como diálogos consigo mismo, con el
efecto clarificador y gracioso que tiene ese recurso, y en un entorno más gris
que en otras entregas de la serie, ya que sus ayudantes son meros comodines de
la trama y solo Cataré y sus recurrentes errores aportan un tono de humor, ya
conocido, aparte del histrionismo del comisario (como cuando se transforma en un actor,
literalmente, durante un interrogatorio) y del desenfadado trato que dispensa a
todos desde la posición de peculiar posición de superioridad moral que ampara
en su particular idea del deber.
Una
novela más facilona que otras del mismo autor, en el que hay ciertos personajes
y situaciones tópicos y, por tanto, previsibles, como el responsable de La
Buena Voluntad –una organización paraeclesial dedicada a la rehabilitación de
prostitutas, puesto que el comisario cree que la muerta pasó por ella) y las
indignadas protestas de la «gente de orden» ante toda autoridad viviente cuando
se sienten bajo sospecha.
Una
trama bien llevada, pero sin la fuerza de otras, hasta tal punto que, al final
de la novela al lector, al autor y hasta a Montalbano les importa un pimiento
el desenlace –que se resuelve de forma casi precipitada-, porque lo importante
entonces, para todos, es lo que va a ocurrir entre Montalbano y Livia. Y
ocurre, vaya si ocurre, y con esas geniales notas de humor que deja caer el
autor de cuando en cuando, aunque como la parte afectiva es uno de los hilos
conductores de la serie la interpretación del lector ofrece un margen a la
duda, lo cual no es inocente, pues La pista de arena está ya esperando en la
estantería de casi todos.
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