En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

sábado, 18 de junio de 2011

Los ojos amarillos de los cocodrilos - Katherine Pancol



Si algo tiene de bueno este libro es el tratamiento de los “elementos comerciales”. Aunque los “anzuelos” sean evidentes, consigue captar la atención, uno se deja llevar tranquilamente, y tranquilamente van sucediendo las cosas y se van desentrañando los misterios o, mejor dicho, los pequeños misterios que parecen grandes cuando son desconocidos. 

La protagonista, Jo, es una cuarentona que vive en las afueras de París, en un barrio humilde, con dos hijas y el marido en paro –un tipo que se cree el rey del mambo-. La cosa se complica cuando echa al marido de casa por ponerle los cuernos y tiene que enfrentarse sola a la vida para sacar adelante a las dos hijas: la mayor, capulla y exigente, lista y guapa, aspira a tener dinero y no deja de poner a parir a la madre por ser poca cosa, poco ambiciosa, gorda y fea. La pequeña, por fortuna para la madre, es exactamente lo contrario.

 Más cuernos: los que el padrastro de Jo le pone a la madre de ésta, un vejestorio interesado e insoportable. Marcel, un empresario de éxito, sesentón y bonachón, se ha liado con su secretaria, la cual también es algo interesadilla y no hace ascos a algún tipo más joven. Marcel, además, quiere tener un hijo.

 Además está la parte “chic”: la hermana de Jo, Iris, la triunfadora, guapísima, y forrada gracias a su matrimonio con un abogado de postín: todos los lujos a su alcance, el París del lujo entra así en el libro, y permite combinar lo cotidiano con lo lujoso.

 Con estos mimbres se teje una historia en torno al trabajo de “negra” que Jo hace para Iris. Le escribe una novela histórica ambientada en el siglo XII que llega a ser un bombazo gracias a los contactos y al histrionismo televisivo de Iris. El primer misterio es obvio: ¿será descubierto el pastel? ¿Y quién lo descubrirá? ¿Todos a la vez o poco a poco? ¿Cómo reaccionará cada uno de los amigos, familiares, etc.?

 Junto al misterio principal hay otros misterios “accesorios” que hacen deseables (literariamente hablando) a los personajes: la vecina de Jo, una “escocesa” que hace pasteles para restaurantes, resulta estar relacionada con la realeza británica (qué es y por qué se esconde, es el misterio); a Phillipe, el marido de Iris, primero se le atribuye un romance homosexual y luego parece estar metido en un asunto oscuro (en planteamiento es muy simple pero la forma de solucionarlo es muy buena), además tiene un evidente interés en Jo, a quien trata de facilitarle la vida; a todo esto el matrimonio de Iris también hace aguas, y ver si se salva es un misterio añadido. Iris, además, pese a tenerlo todo no deja de pensar en un antiguo amor. ¿Qué sucederá? Más misterios: ¿hasta dónde llegará la confianza de Jo con su cuñado? ¿Por qué éste le pide discreción en los trabajos que le encarga y nadie quiere que se sepa que Jo trabaja a veces para él? ¿Acabará Jo liándose con el modelo al que conoce en una biblioteca? ¿Qué hace un tipo como él en un sitio así? ¿Cómo le irá al ex marido de Jo, que se ha ido a Kenya como encargado de una granja de cocodrilos? Nadie le paga, las pasa canutas. ¿Acabará cobrando y prosperando o se hundirá definitivamente? ¿Se cansará de él Mylene, la peluquera con la que se fue? Otros misterios: ¿Y Marcel? Se lía y discute con su secretaria. ¿Se reconciliarán? ¿Se quedará ella embarazada? ¿Tendrá él arrestos de librarse de su esposa? ¿Cómo, si parece ser que económicamente ella lo tiene todo atado?

 Mientras tanto, a medida que se enfrenta a la vida y va saliendo airosa, Jo va ganando confianza en sí misma, va aprendiendo a creer en sí misma, y las cosas poco a poco le van saliendo mejor y la vida le va sonriendo pese a los disgustos y a los tejemanejes de la hija mayor.

 En definitiva, una nueva versión del cuento del “patito feo” adornada con un conjunto de “misterietes inofensivos” que son llevados a la vez, en conjunto, de forma muy amena, sin generar ansiedad pero tampoco desinterés. Lo dicho: los elementos comerciales más típicos combinados de la mejor manera posible. Una novela imprescindible para quien aspire a ser un superventas. Una novela prescindible para quien sólo desee escribir lo mejor posible, pero con todo, lo bastante trabajada para que no sea un producto hecho en serie.

 Me ha entretenido. La he leído con agrado.



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