En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

jueves, 31 de marzo de 2022

La secta de los ángeles – Andrea Camilleri

 



Camilleri fue tan fiel a sí mismo y a su estilo que es sencillo ver cuáles de sus obras están por encima o por debajo de resto. La secta de los ángeles es de las que elevan la media, de las que alguna vez apetecerá releer siquiera sea porque la trama –complicada por el elevado número de personajes- es sumamente ingeniosa en la adaptación de los hechos reales en los que se basa la obra, y porque se limita a una ordenada y dinámica exposición de hechos, situaciones y conversaciones que en ningún momento pierden de vista  la historia, que transcurre alrededor de 1901, y el objetivo de la narración. Todo está enfocado para situar la acción en el punto necesario para precipitar las consecuencias, que no solo son la culminación de la historia sino que contienen su mensaje y son su razón de ser.

Como tremebunda novedad en la literatura de Andrea Camilleri, la historia no transcurre en Vigàta, sino en Palizzolo, imaginaria localidad remedo de la también siciliana Alia, donde en verdad ocurrieron los hechos que inspiran la historia.

¿De qué trata La secta de los ángeles? De que tras una alarma por un brote de cólera se produce en el pueblo una situación inesperada: comienzan a proliferar mujeres embarazadas de dos meses, sin que se sepa quiénes son los padres. 

Como siempre en los mejores libros de Camilleri todo tiene explicación en hechos cotidianos pero privados y a menudo íntimos. En el origen de la alarma se encuentra la raíz del problema, o al menos el modo de sacarlo a la luz; pero además la desbandada que produce la noticia del cólera permite la llegada a Palizzolo de un capitán de los carabineros cuyo papel en la historia es relevante y apoyo imprescindible para la figura del protagonista, Matteo Teresi, un joven abogado preocupado por los derechos de los desfavorecidos, liberal, siempre presto a enfrentarse al poder –nobiliario, eclesiástico y mafioso- y que publica un periodiquito que se atreve con todos. La figura de Teresi está inspirada en el personaje del mismo nombre que protagonizó los sucesos de Alia, circunstancia que es un homenaje a aquel pobre siciliano.

Matteo Teresi no es una excepción a la suerte de los personajes bienintencionados de Camilleri. Todos topan con que la «ética del poder» (que consiste, básicamente, en mantener el poder y sus prebendas a cualquier precio) se apoya en el miedo y el ansia de comodidad del débil. Y así, sobre miedosos y comodones, el poder (político, eclesiástico, mafioso o nobiliario) consigue siempre la necesaria posición de dominio para, sin que nada chirríe demasiado, acabar con quienes lo cuestionan, e incluso acabar con quienes ejercen la censura del poder usando como arma la verdad y nada más que la verdad.

Y es que la verdad, como tantas veces nos recuerda Camilleri cuando verdad equivale a justicia, tiene un valor relativo para todo aquel no directamente afectado por la injusticia; y aun también para éstos, pues el amor al pellejo suele ser más poderoso que el amor a la justicia. Digamos que los pobres héroes de Camilleri quieren hacer valer la verdad y la justicia porque tienen principios. Eso es lo que los diferencia y sitúa por encima del resto de mortales, quienes, en cambio -incluso aquellos a quienes el héroe desea proteger-, solo tienen intereses.




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