Pese a lo
que dice la faja del libro en boca de no sé qué medio, El rey campesino no es
la gran novela de Andrea Camilleri. Lo cual, por cierto, no es sorprendente, porque haber
esperado a publicar «su gran obra» a estas alturas hubiera sido un disparate.
El rey campesino, una más de las novelas de Camilleri situadas en el pasado
siciliano, se diferencia de éstas en que se va mucho más lejos en el tiempo de lo habitual:
nada del siglo XIX o primeros años del XX, donde tantas divertidas peripecias
nos ha contado el autor. Se larga hasta el siglo XVII.
La novela
se inspira en un dato real, pero casi ignorado: el efímero acceso al poder (si
es que puede llamarse así), en medio de ciertas algaradas, de un campesino más
cercano al maleante que al líder revolucionario, un tipo cuyo parecido con el
protagonista de la novela es inexistente, pues el Michele Zosimo de Camilleri es un bendito.
Sin embargo, el hecho da pie a Camilleri para imaginar una historia que
comienza con la del padre de Zosimo y sigue con la de éste.
Aunque es
estilo y el modo de hacer de Camilleri es reconocible en cada página, la novela
no es de las mejores que escribió. Hay una mezcla organizada, pero no bien
estructurada, de la mayoría de sus recursos habituales.
Por
ejemplo, las historias intercaladas que de tan breves aparecen solo a título de
simple chismorreo en tantas de sus novelas, amenizan; pero en esta ocasión se alargan demasiado sin que,
por otra parte, afecten a lo sustancial de la historia. Divagaciones. Otro
ejemplo de recurso «camilleresco», el uso de premoniciones y hechos casi
sobrenaturales que apuntan al protagonista como a un elegido por el destino y
acaban mezclando realidad y fábula. En cuanto a la forma, la mayor diferencia
con otras de sus obras es el menor peso del diálogo, pero sin renunciar a
explicar, narrando, lo que otras veces traslada con breves conversaciones, lo
cual espesa la lectura. Por otra parte, da la sensación de que esta novela ha
sido escrita en varios momentos del tiempo, en cada uno de los cuales Camilleri
ha variado un poco el modo de escribir según su humor o sus intereses; de resultas, se resiente el cariño que
otras veces parecen inspirarle los personajes, uno de los habituales grandes
méritos del autor.
En
resumen, una novela entretenida que gustará sobre todo a los incondicionales de
Camilleri, pero por debajo de otras de sus obras.
Al fin un comentario crítico que no es una copia de lo que dicen las editoriales y librerías que quieren vender. Termino de leer el libro y se me alargó hasta aburrirme aunque luché por terminarlo. Se alargan las historias, se entreveran, hay cantidad de relatos innecesarios, etc. Pero como lo quiero tanto al autor, lo terminé. Y estoy de acuerdo: ¡no es el mejor libro de Camilleri!!! Elsa.-
ResponderEliminarMuchas gracias. Con mejor o peor fortuna intento hacer bueno lo que pone bajo el encabezado del blog: "reseñas no interesadas para que sean interesantes" ;-)
ResponderEliminar