Hoy es el día de las librerías, y Ajonio Trepileto y yo queremos
dar las gracias especialmente a tres de ellas.
La Librería Anónima, en Huesca, Premio Librero Cultural. La
Anónima acogió la primera presentación de mis dos novelas. La primera. La más
emotiva.
La Librería Perruca-Senda, de Teruel. Presentar mis novelas
en mi tierra, ante los míos, y sentir el vértigo de hacerlo en una librería
fundada en 1890, mucho antes de que fueran escritas obras que se han hecho
clásicos universales desde las estanterías de librerías como Perruca, fue un
privilegio.
Imaginad, si podéis, la cara que se me quedó en cada una de las presentaciones cuando llegué y me encontré estos escaparates. |
La Librería Central, una de las más importantes de Zaragoza, que apoyó
mis novelas con entusiasmo y también acogió sus presentaciones. En la clasificación que entonces había en su web
fue la primera vez que vi a Ajonio en lo más alto de algún sitio distinto de una tapia, y el trato que le dispensaron fue para mí la mejor forma de comprender la
importancia que tiene para un libro ser visto, pues sin ver ningún lector hubiera sentido amor a
primera vista, ni a segunda, ni a tercera, ni a cuarta: para desear leer un
libro, es preciso saber que existe.
La Sala Cultural de la Librería Central también vivió las presentaciones de las dos novelas. |
Gracias también al resto de librerías que de una u
otra manera me han acogido a mi en presentaciones y ferias, y a mis novelas en sus
escaparates y estantes.
Espero haber correspondido a todas haciendo pasar
un buen rato a sus lectores, que al fin y al cabo de eso va este negocio: de hacer disfrutar a sus clientes.
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