A pesar
de haber leído bastante novela negra en los últimos años, de tener amigos
expertos en la materia a los que veo con frecuencia y hasta de haber participado en varios programas de
radio sobre el género, reconozco mi falta: hasta ahora no había leído ningún
libro de George Simenon. Solo uno, breve, sobre él. Ya he corregido la falta: El
otro día cayó El fondo de la botella (1948) y al día siguiente tuve el placer
de conocer a Jules Maigret, que andaba el hombre por París en 1968, cuando está
firmada la novela, husmeando yo diría que en esta casita de la calle Marigny,
junto al Palacio del Eliseo.
Maigret
ha recibido una carta en un elegante papel avisando de la próxima comisión de
un crimen. ¿Avisa el asesino, que es así de educado, u otra persona? Lo primero
que hace Maigret es averiguar de dónde ha podido salir la carta y, una vez lo
hace, se topa con una familia poderosa, adinerada y peculiar: un abogado, timorato
y debilucho, experto en derecho marítimo y obsesionado con las eximentes penales
por enajenación mental; su esposa, una dama soberbia que es la que pone el
abolengo y la mala uva en la familia; la secretaria del abogado, una elegante muchacha
con una facilidad prodigiosa para decir la verdad de modo directo y sin atisbo
de vergüenza; los ayudantes del abogado, los hijos, el servicio, los parientes…
Un revoltijo donde casi todo el mundo tiene algo que reprochar al resto y
donde la policía no puede hacer nada por falta de crimen.
Hasta que
el crimen se produce, claro. Y entonces ahí está Maigret, en una novela negra
de salón donde la identidad del criminal es un acertijo para el lector.
Los
primeros dos tercios de la novela permiten al protagonista y al lector conocer
el ambiente del lujoso apartamento de la calle Marigny, donde las pulsiones de
cada cual tensan una convivencia en la que la sensualidad también juega un
papel importante. La última parte no hace falta que cuente de qué trata.
El oficio
de Simenon se nota constantemente, como si lo que estuviera uno leyendo fuera
el resultado de una primorosa factoría literaria: una novela muy bien escrita,
muy bien estructurada, que avanza de modo firme y sin rodeos haciendo que la
lectura sea amena y rápida. Si alguna reflexión induce Maigret duda, hay que
sacarla de los hechos narrados, no de las inexistentes reflexiones del autor.
Una novela, también, de la dimensión exacta para ser leída en un solo día.
Merece la
pena acercarse a Simenon.
Maigret duda en Todos tus libros
(A 20-11-2021 no está disponible en Todos tus libros)
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