Sin premeditación, las conmemoraciones combinaron bien: edición conmemorativa del centenario del nacimiento de Carson McCullers y embotellado conmemorativo del 150 aniversario de Martini. |
Estados
Unidos. Una pequeña localidad innominada. Años 30 del siglo XX. John Singer es
un sordomudo que convive con otro sordomudo de origen griego. Son grandes
amigos, o así lo siente, aunque conforme la novela avanza llegamos a
preguntarnos si era amistad o enamoramiento. Su vida transcurre de modo
rutinario. Como la del dueño de la taberna donde va a comer y cenar. O la del
borracho que aparece en ella procedente de nadie sabe dónde y encuentra trabajo
en un tiovivo mientras se lamenta del escaso eco que tienen sus soflamas en
defensa de los trabajadores. Hay más vidas rutinarias, como la del doctor
Copeland, un médico de color obsesionado por combatir el racismo, o la de Mick
Kelly, una chica adolescente que despierta a la vida, y en cuya casa tiene
alquilada una habitación John Singer.
Personajes
solitarios y marginales, acosados por la soledad, la pobreza y la
discriminación. Todos intentan buscar su lugar en el mundo; unos ignoran cuál
es; otros creen conocerlo, pero ignoran cómo alcanzarlo.
Todos,
además, se llevan bien con el sordomudo, porque todos se creen comprendidos por
su silencio demostrando así su soledad y cómo lo que muchas veces necesita el
ser humano no son soluciones, sino compañía.
Escrito
en capítulos no demasiado largos, la autora va cambiando el foco de un
personaje a otro sin que ninguno pase a la completa oscuridad, pues sus vidas
son interdependientes. Carson McCullers engarza estos pedazos de la vida de
cada cual para crear un pedazo de la vida de un pequeño vecindario que es, a la
vez, un pedazo de la vida de una pequeña ciudad que, por carecer de nombre,
bien puede tenerse por representativa de una colectividad mayor. El efecto es
ir de lo pequeño a lo grande, a la soledad de unas pocas personas a la del ser
humano, de la injusticia que sufre personas concretas a la injusticia social.
Sobre la vida así expuesta discurre la atmósfera de la época, que es a la vez
causa y efecto de cuanto vemos: las ideas de la lucha de clases, del racismo,
del nazismo y todos los prejuicios explican mucho de lo que sucede y son a la
vez fruto de cuanto sucede.
Con
escenas y lenguaje mesurado Carson McCullers logra una contundencia
comunicativa que solo se explica por la eficacia con que sabe exponer lo
esencial y recrear atmósferas realistas. Una maravilla que me mejor leer sin prisa porque se cuenta sin prisa, una de esas novelas en las que el buen lector lee despacio, saboreando cada página, porque El
corazón es un cazador solitario es una de esas obras que quedan en la historia
de la Literatura.
Asombra que Carson McCullers
escribiera esta obra maestra con tan solo 23 años.
Cuantas verdades comparto contigo Miguel, ...."todos se llevan bien con el sordomudo, porque todos se creen comprendidos por su silencio demostrando así su soledad y cómo lo que muchas veces necesita el ser humano no son soluciones, sino compañía"....eso me decía una amiga que es psicóloga " la mayoría de las veces cuando estoy con mis pacientes me limito a escucharles y eso les reconforta". No me he leido el libro,
ResponderEliminarpero con tu análisis me transmites su esencia. Un abrazo Miguel
Muchas gracias. Es un libro que merece la pena ser leído. Antes o después podrás hacerlo ;-)
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