En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

domingo, 24 de septiembre de 2017

Listo el que lo lea - Álvaro de Laiglesia



Listo el que lo lea es una colección de relatos más o menos humorísticos, publicados a principios de los años setenta, que tuvieron un número de ediciones y un volmen de ventas que para sí querrían muchos de los best sellers actuales, lo cual quiere decir solo esto y nada más, porque no se trata de un texto precisamente brillante, sino de un refrito donde parecen haber caído sin orden y con algo de desconcierto relatos de tono dispar.

Fuera de cierto humor del absurdo, de algunos diálogos ingeniosos y de ciertas sorpresas más o menos previsibles, a estas alturas el mayor interés que he encontrado en este libro ha sido ajeno a él: cómo a través de sus páginas es posible ver la rapidez –aunque de su literalidad parezca lo contrario- con la que ha cambiado la posición de la mujer en la sociedad. Escritos hoy, a los relatos de Listo el que lo lea se les atribuiría un machismo que le saldría caro al autor (en la obra la mujer parece, por defecto, tontita, y por eso a veces la gracia del relato está en cómo la figura débil se sale con la suya frente a machos de corte tradicional; hecho, por cierto, que también puede interpretarse como una incipiente reivindicación) pero, visto en la distancia, permite ver cuánto habían cambiado las cosas entonces respecto a las generaciones anteriores y cuánto han cambiado también desde entonces.

Sin embargo, sería injusto juzgar ninguna obra pasada según los valores actuales, porque a nadie se le puede atribuir el pecado de no haberse adelantado a su tiempo décadas o a veces siglos. Este libro es una muestra, en definitiva, de un humor que hace cuarenta años tenía tanto éxito que se vendía sin problemas, y que hoy, en cambio, iría camino de la hoguera. A diferencia de otros géneros, es complicado hacer un humor que perdure, sobre todo cuando se hace sobre valores en proceso de cambio. En este caso no es de extrañar que a lo largo del siglo XX se haya hecho tanto humor a costa de la mujer: el cambio en su posición ha sido tan grande (nunca en la historia la mitad de la sociedad -¡nada menos!- había cambiado en tan poco tiempo y tan radicalmente su rol), que muchas personas debían de verlo con reserva, cautela, sorpresa y hasta miedo, y en esas circunstancias el humor, a veces, se utiliza para asimilar los cambios y también como defensa ante ellos.

Álvaro de Laiglesia, director durante muchos años de La Codorniz y coautor, con Miguel Mihura, de El caso de la mujer asesinadita, tiene unos pocos libros de humor verdaderamente buenos, pero publicó muchísima literatura de consumo demasiado apegada a al momento concreto, la cual no ha resistido el paso del tiempo. Es el caso de Listo el que lo lea.

En resumen: un libro de relatos humorísticos, que hay que esforzarse en situar en su contexto para poder apreciar lo que de buenos tienen, lo cual no es fácil; pensemos en la portada: hoy parece machista, pero hace cuarenta años era, indiscutiblemente, un signo de que las cosas estaban cambiando, porque hace setenta hubiera sido inimaginable.


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