En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

lunes, 1 de julio de 2019

Castigos justificados - Michael Hjorth y Hans Rosenfeldt





Serie Sebastian Bergman, 5

                En cada libro protagonizado por Sebastian Bergman no dejo de admirar el excelente trabajo a dúo de sus autores, ni de reconocer su habilidad para mantener la atención del lector sin forzar las situaciones. Se reconoce en ellos la profesión de guionistas.

                Castigos justificados, aunque no es la novela más apasionante de las cinco primeras, mantiene el nivel y el interés. Es una novela especial, porque en ella estalla algo que el lector lleva temiendo desde el final de la primera novela y quizá por eso dé la impresión de que lo relacionado con la vida y relaciones de los miembros de la unidad de homicidios presenta signos de agotamiento, aunque habrá que esperar a la sexta novela, que en España se ha publicado en marzo, para comprobarlo.

                Parte de la habilidad de los autores es ir alternando qué lleva el peso de cada novela:  en unas es el crimen cometido y en otras esos asuntos personales a los que me he referido. En esta ocasión guía la novela lo primero, el crimen. O los crímenes, porque nuevamente (y esto sí me ha parecido ya demasiado repetitivo) nos encontramos con «asesinatos de autor»: un nuevo asesino en serie que, la verdad, resta bastante realismo, como cada vez que lo excepcional se convierte en habitual.

                Varios participantes en programas de telebasura son apiolados en Suecia, en lugares distintos, pero con un procedimiento común. Desde la primera página sabemos que el asesino quiere castigar la vacuidad de la sociedad actual, donde los medios de comunicación priman la carnaza sobre el intelecto. Un asesino justiciero, que pretende implantar con sangre la cultura de mérito. La sucesión de crímenes, como en tantas otras novelas negras, va aportando datos con los que llegar al malo de turno pero, a diferencia de otros escritores que abusan de este recurso (como Márkaris, por ejemplo), Michael Hjorth y Hans Rosenfeldt hacen que la investigación avance de verdad y que a la pregunta del quién se una la emoción del cómo. A este respecto hay un par de giros verdaderamente espectaculares que hacen que la historia tome un rumbo inesperado y que no anticipo para no fastidiar a nadie la sorpresa (aunque no son del todo originales porque ya en alguna otra novela de la serie se ha utilizado algún recurso similar). 

                  Por desgracia, con cinco novelas ya a cuestas algunas de las vicisitudes de los protagonistas ya no son por completo originales, lo cual hace que el lector sepa que al final las cosas no serán tan terribles como antes le parecían. En el intento de renovar el interés por los personajes de la unidad de homicidios Billy pasa a tener más protagonismo, sobre todo en el cierre de la novela. Ya veremos cómo le van las cosas porque, de entrada, parece uno más de esos síntomas de agotamientos de la trama principal entre los personajes: si hay que dar terreno a Billy, es que lo que centró la atención en las novelas anteriores no da más de sí sin repeticiones. Habrá que ver si los autores son capaces de capear el problema sin que las novelas pierdan interés o resulten repetitivas. Lo veremos en la sexta entrega. 




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