En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

lunes, 29 de febrero de 2016

A quienes no leen




Una de las cosas más importantes que le puede ocurrir a un ser humano es aprender a leer. No saber hacerlo era relativamente habitual en la generación de nuestros abuelos y mucho más en las anteriores. Y durante siglos quien sabía leer era respetado como el viajero que había recorrido países ignotos imposibles de conocer para el resto, que durante toda su vida apenas llegaban a alejarse de su pueblo unas docenas de kilómetros. La lectura daba acceso a una dimensión que iba más allá de lo que ojos y oídos alcanzaban. Quien leía, venía de otro mundo.

Durante toda la historia quien sabía leer se sabía un privilegiado. Y en uso de su privilegio, leía. Así se explica que, más tarde, la alfabetización fuera considerada indispensable para procurar la igualdad entre las personas. ¿Alguien puede dudarlo? Se trata del privilegio de alcanzar protección, esperanza y oportunidades dentro de nosotros mismos, en nuestra cabeza, donde habita el conocimiento y la fantasía y todo es posible si le damos la ocasión alimentándolo con lo que otros nos dan a través de los libros. Hoy, en cambio, como todos sabemos leer hemos perdido la conciencia del privilegio que supone. Parece que privilegio es ir a un restaurante nuevo o exótico o presenciar determinado partido de fútbol o tener un buen coche o un buen piso o unas buenas vacaciones. Pero qué diferencia entre no poder ir a restaurantes, no poder ir al fútbol, tener un mal coche, un mal piso o pasar las vacaciones en casa y no saber leer. Si hubiera que elegir, nadie dudaría. 

Quizá entonces, si nos viéramos en esa tesitura, volveríamos a reconocer el privilegio, y el tiempo que dedicáramos a la lectura lo consideraríamos un tiempo ganado para la vida. 



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