En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

jueves, 27 de noviembre de 2025

Páradais – Fernanda Melchor

 


No sé si Polo, el protagonista de esta breve novela, trabaja en El Paraíso, pero sí que trabaja en Paradise,  o «Páradais», según escribe cuando cuenta cómo se lo enseñaron a pronunciar. Páradais es una lujosa urbanización en México, no lejos de Progreso, aunque parece tener poco que ver con El Paraíso que he localizado en el mapa. Es la tercera novela que leo en poco tiempo (dos argentinas y esta) centradas en ese tipo de pimpantes urbanizaciones aisladas, bien protegidas del resto de la (maloliente y peligrosa, según sus moradores) población. 

En ella trabaja Polo de jardinero. Es un muchacho que no ha querido estudiar y que malvive (o se almacena), con su madre y una prima embarazada, en pocos metros cuadrados. Aunque más que trabajar, es explotado, porque un tal Urquiza dispone de todas sus horas como si Polo no tuviera derecho a vivir. Y, por supuesto, nadie le retribuye ni uno de esos minutos extras. El chaval, que no tiene ningunas ganas de estar en su casa ni tampoco de codearse con la delincuencia más o menos organizada identificada como «aquellos», olvida sus penas cogiendo unos buenos cogorzones. Como no tiene ni un céntimo consigue pimplar gracias a su relación con un obeso y purulento adolescente que vive en la urbanización: Franco Andrade.

Polo desprecia a Franco, pero lo oculta por la cuenta que le trae. Y Franco encuentra en Polo alguien a quien contar con todo detalle sus fantasías eróticas, más bien pornográficas, con una vecina de lo más guapetona, famosilla, casada y con dos hijos. Ambos, Polo y Franco, son más bestias que arar con los dientes.

En esta suerte de presentación transcurren dos terceras partes de la novela, lo cual, la verdad, se hace un poco tedioso, porque como pronto todo es sabido la sensación de dar vueltas y vueltas es inevitable. Así estamos hasta que, por fin, varias cosas estallan a la vez. La obsesión de Franco, las tentaciones materiales de Polo o saber qué diablos hace en su casa la prima embarazada.

La novela se sigue perfectamente a pesar de un vocabulario tan rico en jergas y mexicanismos que con frecuencia me ha resultado imposible distinguir entre las jergas barriobajeras y las particulares de los dos chavales. Un vocabulario que, en cualquier caso, demuestra cómo las diferentes «versiones populares» de un mismo idioma (es decir, el idioma) se van alejando o enriqueciendo. Que sea una cosa u otra depende de la intensidad del intercambio cultural.

La novela es cruda, directa, violenta, con unos personajes sórdidos que exhiben lo peor de sí mismos. Pero es también una novela, y ese es su gran mérito, con una enorme verosimilitud. El mundo está lleno de animales como Polo y Franco, y Fernanda Melchor nos los muestra en su hábitat natural, que no está tan lejos de cada uno de nosotros como pensamos. De hecho, es relevante que uno sea un pringado y el otro un privilegiado. También lo es la motivación de cada cual: si Polo está animado por la penuria y la sensación de fracaso vital, Franco ha alcanzado ese mismo fracaso desde la opulencia, solo que no se ha dado cuenta porque esas mismas posibilidades económicas lo han alienado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario