En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

lunes, 20 de mayo de 2024

El adoquín azul – Francisco González Ledesma

 

Breve novela de Francisco González Ledesma (1927-2015), publicada en 2002, y centrada en lo que en él es característico: la evocación de la Barcelona de posguerra hecha desde el presente; una Barcelona pasada, cuajada de injusticias y abusos debidos la dictadura, que aún conserva la esencia y la dignidad de los bajos fondos y los barrios obreros, aunque sepultadas bajo el terror; como también conserva, en este caso bien visibles, las aspiraciones burguesas y de la «gente de orden»; una Barcelona pasada que se ha ido disolviendo en una modernidad impersonal de modo que, también, las viejas injusticias han alcanzado la impunidad que solo otorga el paso del tiempo, de la vida.

El protagonista, Montero, es un hombre joven en los años cuarenta. Poeta y traductor, pese a no estar especialmente significado en la lucha contra la dictadura franquista acaba herido en una redada y logra escapar apoyado por la diosa Chiripa y por una mujer misteriosa y atractiva que lo acoge en un pequeño apartamento. En él no le es dado ni menarse durante el tiempo en que permanece, no sea que lo descubran. La mujer es la esposa de un capitoste de la policía franquista, un caballero cuyos escrúpulos le impiden no dar una paliza cuando puede hacerlo. Es decir, un angelico.

¿Por qué la mujer ha acogido a Montero? ¿Por qué Montero llega a sentir lo que siente por ella? Ambas cosas merodean por la novela, que es la historia que sigue al incidente narrado. La historia de un traductor que se largó a Nueva York donde malamente se ganó el sustento y el dinero necesario para volver a Barcelona de vez en cuando a la búsqueda de una desconocida. Hasta la vejez.

¿La encuentra? ¿No la encuentra? ¿Se sabrán las razones? ¿Por qué Montero dedica su vida a esa búsqueda? ¿Amor, obsesión, agradecimiento? 

Leedlo y sacad conclusiones.

El tono, el lenguaje, es el habitual en Francisco González Ledesma, y que ya he señalado en otras reseñas.


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