En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

lunes, 10 de octubre de 2022

Hamnet – Maggie O´Farrell

 



Conozco a bastantes personas que han leído Hamnet y ninguna a quien le haya defraudado.

Mezcla de ficción y realidad, Hamnet (una variante de Hamlet) narra la historia a caballo entre los siglos XVI y XVII de Agnes, una muchacha que pronto se queda, por toda familia, con un hermano no muy listo y rudo, pero honesto y trabajador; una muchacha con fama de rara y medio bruja, porque tiene costumbres extrañas y conoce las plantas y sus efectos. 

Agnes encuentra en amor en la figura de un profesor inadaptado a la vida familiar (un tal William Shakespeare), quien en la posibilidad de heredad el dudoso negocio familiar solo encuentra motivos para la desazón.

Contada de modo pausado, con una escritura suave, si puede decirse así, sin grandilocuencias ni apelaciones a grandes sentimientos, el lector observa esa historia de amor y soledad como un testigo indiscreto instalado en un mirador confortable. Contempla luego las complicaciones posteriores causadas por las relaciones de Agnes con su familia política, y se admira del modo en que el nombre de ese personaje casi secundario, ese maestrillo que en realidad pinta poco en la historia pero es también protagonista por su posterior celebridad, es intencionadamente una sombra para no ocultar, deslumbrando, la figura de Agnes. Ciertamente, tiene un interés morboso curiosear la vida cotidiana de un hombre que no sabe que será inmortal, seguir el rastro de un vulgar aldeano hastiado de sí mismo y de lo que le rodea que llega a ser comediógrafo de éxito sin llegar a sospechar -ni él ni los suyos- que su nombre atravesará los siglos al frente de todo lo que huela a teatro. Y, por fin, el lector se encuentra con un final emotivo, que induce una reflexión sobre los giros que puede dar la vida y la particular forma que cada persona tiene de afrontar el dolor.

Quiero remarcar esto: casi al final hay una página que da sentido a toda la novela y que hace de ella lo que es. Sin esa página, que explica en la visión de la autora por qué Hamlet es Hamlet, todo hubiera quedado en un relato correctísimo y fabulosamente escrito, pero le hubiera faltado la chispa de delicada brillantez necesaria para transformarla en una historia hermosa.




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