En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

jueves, 10 de abril de 2025

La paciente silenciosa – Alex Michaelides

 


«Probablemente el final más inesperado de la historia», miente la faja, porque el caso es que a medio libro ya sabía yo (y supongo que cualquiera) quién es el malo de esta película, aunque, lógicamente, no resulte posible hilar lo bastante fino como para saber cómo discurrieron las cosas y por qué sucedieron así. Es decir, que inesperado, inesperado, lo que se dice inesperado, el final no lo es mucho.

De ahí que, aunque en la faja todo libro es lo mejor porque sí o por boca de escritores o críticos mercenarios, me sorprenda el «Premio de los lectores de Goodreads», que no sabía que existía y que ahora dudo de si será manipulable, porque decir que La paciente silenciosa es la mejor lectura en lo que sea, es un exceso manifiesto.

Es entretenido, eso sí. Y un poco original como consecuencia de lo raricos que son los personajes y el escenario en que se mueven: un hospital psiquiátrico con sus tortuosos procesos mentales a cuestas. Pero sobre todo son raros los dos protagonistas. El resto de personajes son secundarios que pululan alrededor para espolvorear información e intencionada confusión.

El asunto comienza con una información tan violenta que inevitablemente capta la atención del lector: Alicia Berenson, una pintora de éxito, le pega cinco tiros a su marido en la cara y a continuación no vuelve a hablar nunca más. ¿Por el shock del asesinato? ¿Por un shock previo? ¿Porque está como una regadera?

Quien nos cuenta la historia es un terapeuta que, obsesionado por el caso, se va a trabajar al hospital psiquiátrico donde está recluida Alicia para hacerla hablar y averiguar qué sucedió. Además, la continuidad del hospital está en el aire y lo que ocurra con un caso tan mediático puede condicionarla. El hombre, llamado Theo, también tiene sus cosillas debido a viejos traumas, y sus métodos son sui generis: puesto que la paciente no se comunica, emprende una peculiar investigación en su entorno, que también es rarico de narices. La cosa se complica cuando el feliz matrimonio de Theo se ve amenazado por un tercero.

Y así, a través de capítulos cortos, con un lenguaje correcto y nada más y con las ideas bien estructuradas y ofrecidas de modo claro, se da enmarañando todo a base de introducir personajes y suscitar dudas sobre los hechos y la cordura y los intereses de cada cual para que el lector no pierda ripio, y luego se comienza a desenmarañar la madeja hasta llegar al optimista final que anuncia la faja.

Aunque haya vendido mucho y sean legión los lectores a quienes les ha gustado, a mí me ha parecido una novela fallida por dos motivos: el primero, porque Michaelides juega burdamente con el lector al comienzo, al poner en boca del personaje narrador los motivos de su obsesión; y, en segundo lugar, por la creo que intencionada confusión de los tiempos de las dos historias: la del terapeuta y su paciente y la del matrimonio del protagonista, confusión relevante. Un buen escritor de thriller debe ser un prestidigitador, no un trilero, y como  Michaelides deja a la vista el truco está más cerca de lo segundo que de lo primero.

En resumen: fast food relativamente bueno para lectores poco exigentes (¿Quién no lo es de vez en cuando?), pero que podía haberse cocinado bastante mejor. 


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