En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

martes, 19 de abril de 2022

La llamada de la selva – Jack London

 



Buck, el perro que protagoniza esta historia, la comienza viviendo plácidamente en la propiedad de un juez. Un obrero lo roba para venderlo aprovechando la demanda de perros para trineos provocada por la última fiebre del oro en Alaska. A partir de ese momento Buck necesita toda su inteligencia y talento para salir adelante en un entorno hostil donde solo se salva el más fuerte; hablo no solo de enfrentar un clima extremo, sino sobre todo de salvarse frente a sus congéneres y, también, frente a los humanos. Un proceso, por decirlo así, inverso al de la domesticación, todo él condicionado por los diferentes tipos de humanos que se van cruzando en su camino, cada uno con sus objetivos, su mucha o poca inteligencia, su habilidad o inutilidad y con su particular ética a cuestas.

El libro, corto y de gran belleza, permite reflexionar sobre la permanencia de la naturaleza (tanto en personas como animales) por debajo de la superficie de civilización (o «autodomesticación», que dicen Millás y Arsuaga en su reciente libro). Qué permanece de salvaje dentro de nosotros, qué circunstancias pueden hacerlo aflorar y hasta qué punto somos más eso que lo que creemos ser, son temas que plantea La llamada de la selva, publicada en 1903.

Novela con mucho de fábula en la que Jack London logró combinar dureza y concisión sin perder poder de evocación. Más bien al contrario. El tema y el desenlace hacen que La llamada de la selva deja un poso entre triste y melancólico (y no poco «filosófico»), como si al final la vida, tal y como la vivimos, no fuera sino el camino equivocado; como si lo correcto, en realidad, hubiera sido no hacer nada. Solo vivir. Vivir sin aspirar a mejorar nada, sino solo a dedicándose intensamente a ser.

Una joya de la literatura cuyo desconocimiento no puede excusarse ni en el bolsillo (hay ediciones baratísimas) ni en el tiempo que lleva leerla. La edición que yo he leído, de Navona, es más que buena. De esas que te agrada conservar en tu biblioteca cuando su contenido está a la altura de lo mejor.




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