En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

jueves, 1 de diciembre de 2022

Tres hombres en una barca (por no mencionar al perro) – Jerome K. Jerome

 


Coged Google maps, remontad el Támesis desde Londres y veréis que en muchos trechos hay tantas pequeñas barcas navegando o amarradas a la orilla que más que un río parece un canal urbano, aunque en realidad esté rodeado de verde campiña salpimentada con casitas. También podréis ver las numerosas exclusas que permiten la navegación. No es cosa reciente: Jerome K. Jerome (1859-1927) escribió Tres hombres en una barca en 1889, obra en la que narra los días de asueto que tres amigos (y un perro) dedican a remontar el río desde Kingston a Oxford solo para pasar el rato.

¿En qué consiste la novela? Pues en eso, ni más ni menos. Los amigos cogen el bote y comienzan a pasar las horas. Deben remar, remolcar, pasar exclusas, desayunar, comer, cenar, dormir… Paran aquí, paran allá. Duermen al raso, a cubierto… Y allá donde se detienen conocen a alguien más o menos pintoresco o más o menos gruñón que unas veces los torea y otras es toreado. Las diversiones son las que ofrecen las personas con las que se topan y las dificultades que ofrece el trayecto, y como son jóvenes y con buen humor tienen también una sesera bastante osada, lo que hace de esta novela un relato humorístico y agradable en el que lo mejor que pasa es que no pasa nada, aparte de las  correrías de los protagonistas, enfrentados a unos problemas que son problemillas porque solucionarlos es tan sencillo como mandar a paseo el paseo. En resumen, el lector acaba disfrutando del viaje y de la juventud casi como un pasajero más. Y, de hecho, la novela termina como terminan tantos viajes, con un «hasta aquí hemos llegado; vámonos  a casa que ya estoy cansado»

Narrada en primera persona por uno de los «marinos», este personaje se dirige al lector en tono desenfadado y poniendo en boca propia y del resto una grandilocuencia impostada que no engaña al lector, contribuyendo al efecto burlesco. Algo parecido puede decirse del lenguaje utilizado para describir los paisajes: a medio camino entre lo bucólico y lo romántico. Este tono es clave en la concepción del humor de la novela, y contrasta con las penurias, torpezas, fallos y comportamientos chuscos a los que constantemente deben hacer frente. Dice la contraportada que Tres hombres en una barca fue señalada por The Guardian como una de las mejores cien novelas de todos los tiempos (mucho me parece a mí, y ya sabemos que estas listas son bastante tontas), que la revista Esquire la seleccionó como una de las tres novelas más divertidas de todos los tiempos (cosa que no comparto ni loco) y que  desde su publicación ha vendido más de cincuenta millones de ejemplares, lo cual no está nada mal y habrá puesto muy contentos a los herederos del autor. No sé si esta novela es para tanto, pero sí lo es para haber sobrevivido más de 130 años. 

          Merece la pena leerla y, como he dicho antes, disfrutar del viaje y, sobre todo, de la juventud.



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