En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

jueves, 31 de agosto de 2023

El caballero invisible – Valerio Massimo Manfredi

 


Se puede escribir una novela histórica sumamente breve y en la que el autor no ejerza, además de como novelista, como exhibicionista de saberes y guía de lectores a quienes supone ignorantes. Manfredi lo consigue en esta obra, aunque también hay que decir que no se mató para escribirla.

La razón de la última afirmación es que el argumento, de puro simple, más parece un fragmento de una obra mayor. Estamos en la Edad Media. En el norte de España un misterioso caballero hace a otro, que iba camino de reunirse con el rey para pelear en defensa de los reinos cristianos y de la fe, un encargo no menos intrigante: llevar un paquete, cuyo contenido no puede examinar, a un lugar que solo el encargado conoce. Es su escudero el que nos cuenta la historia del peregrinar a ese destino, peregrinar salpicado por la presencia de un cura guerrero con poca pinta de religioso que se ofrece a acompañarlos (he ahí un toquecito de intriga facilón, por cuáles serán las verdaderas intenciones del caballero) y por los diferentes asaltos y tretas con que los musulmanes intentan apresarlos incluso en territorio cristiano para hacerse con el paquetito.

Relato lineal, sin sobresaltos ni por parte del argumento ni del lenguaje. Un argumento más sencillo imposible: una «misión-huida» sorteando problemas. Millones de veces visto en el cine. Obviamente, al final se sabe dónde iba el caballero, quién es quién y qué contenía el paquetito. Pero eso, lógicamente, no lo voy a contar aquí.

Una lectura poco exigente para leer de una sentada y entretenerse. 


lunes, 28 de agosto de 2023

El Pasmo de Palermo – Vincenzo Consolo

 


El pasmo alude al desmayo (spasmo) de la Virgen al ver a Jesucristo camino del Calvario, y, por ende, a la pintura de Rafael encargada para el Monasterio de Santa Maria dello Spasimo en Palermo, titulada «Caída en el camino del Calvario» o «El Pasmo de Sicilia», expuesta en el Museo del Prado.

Cosa distinta es que para llegar desde las páginas de la novela a las razones del título haya que currárselo, porque El Pasmo de Palermo es una novela, aunque muy breve, compleja y de complicada lectura. Y, para colmo, yo la leí en el peor momento posible. Que nadie espere milagros de esta reseña.

La calidad de la obra se ve en cada línea, por lo cuidado del lenguaje y la estructura, por el modo de contar mucho diciendo poco, y por lo profundo de lo que cuenta. El Pasmo de Palermo es una denuncia sobre la violencia congénita en Sicilia.

El protagonista, Gioacchino, que tiene puntos en común con el autor, de niño se enfrenta a la muerte de sus padres bajo la ocupación alemana, muerte de la que tiene motivos para sentirse culpable, aunque también para lo contrario. Más tarde, ve como la salud mental del amor de su vida sucumbe a la presión de la mafia para arrebatarle los terrenos donde se asienta la casa familiar; años después su hijo Mauro es acusado de terrorismo y se ve obligado a huir a Francia, donde se encuentra con su padre. Finalmente, ya anciano, Gioacchino vuelve a Sicilia y, a su pesar, comprueba del modo más traumático posible que nada ha cambiado hasta el punto de que todo se ha vuelto aún más sórdido y terrible.

Una novela sobre la impotencia y la incomunicación, que suelen viajar juntas y provocar el miedo y, tras él, los efectos deseados por quienes lo promueven.


miércoles, 23 de agosto de 2023

Buenos días, tristeza – Françoise Sagan

 



                Comencé este libro pensando que «buenos días, tristeza», bien pudiera ser la expresión con que alguien despierta el día siguiente de haber enterrado, con serenidad, a un ser amado e irreemplazable. Bueno, pues quien llegue al final de esta conocida obra comprobará si me equivoqué o no.

                Cécile, diecisiete años, está pasando el verano en un casoplón en la playa, junto a su padre, un cuarentón viudo, alegre y seductor que va de amorío en amorío sin que a su hija le importe, precisamente porque la brevedad de esas relaciones no enturbian la camaradería y compenetración existentes entre ambos. Pero he aquí que, estando el caballero en medio de una de esas relacioncillas, aparece Anne, una vieja amiga tan elegante, inteligente, culta y distinguida que su sola presencia, por contraste, resalta la frivolidad y banalidad en la que viven Cécile y su padre. Pero hay más, claro. Anne no es como las demás. Ha venido a quedarse.

                Y a partir de aquí, la protagonista, que es también la narradora, nos cuenta –sin miedo a reconocer su egoísmo y en ocasiones su racional irracionalidad- cómo consigue manipular a todo el mundo con la finalidad de que nada cambie entre ella y su padre. De alguna manera aplica al ámbito doméstico el gatopardesco cambiar todo para que nada cambie.

                En eso consiste este breve y brillante libro: en señalar los puntos flacos de cada cual y la estrategia seguida por Cécile para golpear en ellos una y otra vez hasta abrirse paso según sus deseos, lo cual no le impide tener dudas y, a veces, hasta remordimientos.

                La exposición es tan clara, sencilla y directa que la apabullante sinceridad puede llegar a enmascarar la crueldad y el cinismo. Anne usa su posición de superioridad para hacer valer sus deseos y tratar de ganarse a Cécile. Esta, a su vez, se adapta más o menos a esa situación, pero solo formalmente, porque en realidad la boicotea.

                El duelo de argucias sicológicas es espectacular, muy bien organizado y explicado. Y el final… Un final también espectacular, por lo contundente e inesperado, que sitúa a cada cual en su lugar y acaba de abrir los ojos del lector no solo por lo que sucede sino por la actitud posterior que la protagonista confiesa.

                Una breve y magnífica obra.