Aunque para mí había nacido unos años antes, para los lectores Ajonio Trepileto nació el 26 de mayo de 2011.
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Juan de Lanuza, Justicia de Aragón, que no hizo ni caso a Ajonio Trepileto |
Cuando hoy hace catorce años llegué a casa, me esperaba un paquete con los ejemplares de La terrible historia de los vibradores asesinos que, según contrato, me correspondían. Sin embargo, si no recuerdo mal no lo abrí hasta más tarde porque estaba solo y, tras mil años como lector, no quería vivir en soledad la alegría de ver impresa mi primera novela. El resultado fue, sin embargo, que el primer ejemplar que tuve en las manos llegó a ellas, sin pensar, esa misma tarde, en la Feria del Libro de Huesca, donde, dijeron las noticias pocos días después, fue uno de los libros más vendidos; el que más, afirmó algún medio. Y a la mañana siguiente, sin tiempo de reponerme de la emoción del primerizo, estaba firmando ejemplares en la Feria de Zaragoza, casi a la sombra de la estatua de Juan de Lanuza, Justicia de Aragón, quien, indiferente al parto que a su izquierda acontecía, tendía su mano y su mirada en otra dirección no sé si porque un delincuente tan calamitoso como Ajonio no merecía ninguna atención o como un presagio de lo difícil que iba a ser dar a conocer mi novela desde mi anonimato y desde una editorial, Mira Editores, recientemente fenecida, que a lo largo de décadas de trabajo y vocación acumulaba mucho más mérito que influencia sobre quienes deciden qué se lee.
No ha sido un recorrido sencillo, pero me siento modestamente orgulloso de él, si es que ambos términos con compatibles. Hasta mis novelas nadie ha llegado porque yo sea un guapazo de quitar el hipo y volverlo a poner tres veces, o un famosete nacional o doméstico, o un tertuliano o articulista que pontifica de todo sin saber de nada, ni por otra publicidad que mis propias palabras, ni porque mi editorial fuera lo bastante grande como para garantizar la presencia de sus libros en todas partes. Han sido unos lectores los que han traído a otros y el resultado, tras este tiempo tan breve pero ya infinito para el mercado editorial, es que Ajonio ha hecho reír a varios millares de personas -un lujo, habida cuenta de las cifras de ventas de la mayoría de los libros-, que otra de sus aventuras vio la luz a finales de 2014 y que aún hoy lo siguen conociendo nuevos lectores.
Hace seis catorce años no imaginaba que hoy estaría diciendo esto. Tampoco imagino ahora qué diré dentro de un año, dos o seis, ni tan solo si estaré aquí para decir nada. Así que quiero aprovechar para, una vez más, dar las GRACIAS a todos los que han dedicado unos momentos de su vida a impulsar la de Ajonio.
Gracias a todos ellos. Y feliz cumpleaños, querido delincuente piltrafilla.
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