En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

jueves, 12 de junio de 2025

Cómo viajar con un salmón – Umberto Eco

 



Más de once mil personas vieron el tuit, ilustrado con una foto parecida a la de esta reseña, en el que dije pasarlo en grande rodeándome de gente mucho más inteligente y culta que yo. 

Que fue Umberto Eco y no la tortilla el reclamo lo supongo por la menor audiencia de otras fotos de libros entortillados, aunque sospecho que su unión con la pitanza aún lo hace más atrayente.

Y es que cuando una lumbrera como Umberto Eco te habla, con su inteligentísimo sentido del humor, a través de las páginas de Cómo viajar con un salmón, lo que te cuenta son un montón de opiniones lúcidas y anécdotas divertidas que te permiten reflexionar con agudeza sobre infinidad de aspectos de la vida cotidiana, particular y comunitaria, en este extraño momento de tránsito entre revoluciones tecnológicas que han puesto patas arriba y desorientado al común de los mortales, que ni sabemos dónde estamos ni dónde vamos y por eso nos aferramos (amablemente animados por quienes tienen algo que ganar) a cuanto nos haga conscientes de nuestra propia existencia, sea el consumo constante o la permanente búsqueda cualquier ínfima notoriedad.

    Estas conversaciones en las que el lector se limita a escuchar son en realidad artículos periodísticos publicados entre mediados de los años 80 y 2015. Tienen la agilidad de lo verbal, son breves y producen el efecto de estar en una conversación entre amigos en la que se va saltando de un asunto a otro. Por eso, son tan adecuados como compañeros de desayunos solitarios. Algunos artículos parecen obsoletos al hacer referencia a avances informáticos revolucionarios y ya superados, pero aun en esos casos llama la atención la inteligencia de Eco para percibir las corrientes de fondo que desde aquellas novedades nos han arrastrado a las actuales servidumbres. Como profeta (ved también a este respecto los dos ensayos que he reseñado en este blog: Contra el fascismo y Migración e intolerancia), Eco merece más que un buen reconocimiento.

    El hilo conductor de Cómo viajar con un salmón lo forman las vivencias de la modernidad y cierta postura vital ante ellas que, aun siendo amable y comprensiva con la incoherencia provocada por la vanidad, la pereza, la incompetencia y el resto de vicios, no renuncia a criticarla utilizando el humor.

    Del conjunto de estas lecturas uno llega a extraer lecciones a las que Eco jamás alude de modo expreso, y que surgen de lo que sí muestra: su actitud ante la vida. Las más relevantes son la importancia de tener claro lo que uno quiere hacer con sus días, la necesidad de trabajárselo y la capacidad de disfrutar del proceso sabiendo que el fruto es una consecuencia lógica de hacer las cosas bien, aunque a veces circunstancial, pero no un objetivo; y, por último, que lograr hacer todo esto justifica la satisfacción, pero no la vanidad. El fallo en cualquiera de esas patas desemboca en la desorientación o la frustración.

    Tan bien me lo he pasado conversando con Umberto que el día en que terminé este libro me compré otro similar, «De la estupidez a la locura». Siendo bastante más largo, auguro unas cuantas docenas de cafés en la mejor compañía.


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