En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

jueves, 17 de junio de 2021

Peregrinas – Joaquín Berges

 

              

              Creo que es el segundo libro que leo de Joaquín Berges, y repetir es buena señal. Sin embargo, esta obra es muy distinta a Nadie es perfecto, la otra que leí, y demuestra una variedad de registros y un talento notable, en ambos casos sin renunciar al humor, aunque aquí no lo provoca –porque Pegreninas no es una novela de humor-, sino que lo encuentra o, mejor dicho, lo saca a flote de entre las penalidades de la vida.

              Tres ancianas en una residencia, una de ellas con una demencia senil, se marchan un buen día, sin avisar a nadie, a hacer «el Camino de Santiago», o eso cree la última de ellas, porque en realidad han tomado la dirección opuesta con un fin cuya identificación es uno de los alicientes de la lectura. A bordo de un vetusto y enorme Volvo les acompaña Julio, un anciano taciturno y parco en palabras que durante años ha mantenido una extraña relación con una de las ancianas: simplemente, se veían de una terraza a otra, y les gustaba verse allí; les daba seguridad.

              Peregrinas es la historia del viaje, pero también la historia de cuatro personas, que es la de cuatro familias, con cada vida marcada por hechos habituales –la enfermedad, la infidelidad, la muerte...- y determinantes. A medida que los kilómetros van quedando atrás, el lector ve cómo se disipa la niebla, va descubriendo y comprendiendo, comprueba que hay heridas que no se cierran nunca pero que algo puede hacerse para que dejen de sangrar. Comprueba, también, que cuando la vida es una huida de los hechos que nos arrancaron la paz, se acaba por no llegar a ningún sitio y que el único destino confortable es estar en paz con uno mismo.

              La acción, al principio un poco confusa hasta que el interés que late detrás de cada una de las cuatro vidas comienza a tomar forma, tiene un ritmo constante; el lenguaje es a la vez llano y cuidado, sin florituras, pero eficaz, el lenguaje de un escritor que sabe lo que quiere comunicar y cómo hacerlo. Como además todos los personajes son, en el fondo, unos buenazos, el lector se solidariza con sus miedos, su sufrimiento y su contención. También asistimos a unas cuantas escenas emotivas que logran mantenerse en la sensibilidad sin caer en la sensiblería y a unos cuantos golpes de humor de los que hacen sonreír abiertamente.

              Por último, Peregrinas es una novela escrita durante la pandemia y que transcurre en ella, durante el verano de 2020, entre la desescalada tras el confinamiento más estricto y el otoño. El lector sin duda apreciará ahora, mejor que dentro de unos años, algunas de las sensaciones –en especial, una, que no voy a desvelar- que experimentan los protagonistas.

              Así que, hale, a leer Peregrinas cuanto antes.



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