—Su sentido del humor, ¿hasta qué punto es debido a esa adolescencia tan torturada que tuvo, a la necesidad de superarla?
—No sabría qué decirle, porque yo no entiendo el humor. Sé lo que hace reír, pero nunca he entendido por qué se produce la risa, lo que hay detrás de la risa. Hay muchos misterios en la vida. Se puede saber si uno tiene humor antes de que abra la boca; lo mismo que la inteligencia, que se nota con mirar a los ojos a una persona. Odio los chistes, a la gente que se empeña en contarme chistes. No me hacen ninguna gracia ni creo que tengan nada que ver con el humor.
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