"Valía la pena explicar también, para instrucción de indoctos, lo cerca que está siempre el humor del surrealismo; y cómo ambos, al fin y al cabo, son emanaciones directas de la sinrazón, por lo cual uno y otro les son difíciles de comprender y de estimar a las gentes exclusivamente razonables; a las gentes que no tienen capacidad mental y espiritual bastante para saber huir de la realidad en un momento dado; a las gentes no preparadas para el ensueño y a quienes toda ensoñación repugna; a las gentes cuyo corazón se haya cerrado herméticamente a la poesía; a las gentes sin alma; a las gentes que viven, piensan y sienten en todo instante a ras de tierra".
Enrique Jardiel Poncela. Madre (el drama padre).
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