En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

lunes, 8 de septiembre de 2025

El pueblo de la alfombra – Terry Pratchett

 


La historia de «El pueblo de la alfombra» da una idea de la mezcla de sentido común y prodigiosa imaginación de Terry Pratchett, que escribió esta novela a cuatro manos consigo mismo, según indica la contraportada: dos de sus manos solo tenían 17 años cuando se pusieron a la tarea. Las otras dos, 43. De ahí, también, que fuera publicada dos veces. La primera, en 1971. Y la segunda, bastante cambiada en algunos puntos, en 1992. Esta última es la versión definitiva, lógicamente. El resultado responde a lo que cualquier aficionado a Pratchett puede esperar tanto en escenografía como en humor, aunque no hay componentes paródicos, más allá de inspirarse en diferentes tópicos. Un libro de aventura, acción y fantasía, en el que solo la fantasía es verdaderamente original, marca Pratchett.

No estamos en el Mundodisco, sino en una alfombra. Así, como suena. El mundo de los personajes de esta novela es una alfombra. La Alfombra. Fuera de ella no hay nada. O sí. Extensiones lisas, llanas e inabarcables, como para nosotros lo es el espacio.

Los diferentes pueblos que moran en la Alfombra viven entre bosques (bosques de pelos, obviamente) y andan más o menos a la greña entre sí. Digamos que hay unos malos malísimos y no excesivamente guapos que quieren hacerse con el control de la capital, que responde al nada ingenuo nombre de Mercadeo, y otros que lo mismo guerrean entre sí que se unen sin saber muy bien por qué. Además, cada pueblo es también una especie. Y cada especie tiene sus rarezas, por cierto. No hay humanos, o solo más o menos.

Bajo esta idea de que toda alfombra puede ser el mundo de unos seres diminutos que viven en ella como nosotros en el planeta, se desarrolla una acción que nace con la huida de parte de los protagonistas (relativa, porque son nómadas) tras el paso del Deshilachado (luego vuelvo a él). En su forzada romería hacia lugares seguros viven peripecias que les obligan a ir reconduciendo su rumbo hacia Mercadeo, y en el tránsito se van uniendo personajes que, al final, van a tener que enfrentarse, como ya he avisado, a unos malos malísimos que se les van anticipando y complicando la vida en la ruta. Entre los protagonistas, varios tópicos de las novelas de fantasía: una especie de viejo y sabio hechicero, un líder fortachón y no excesivamente listo, y alguno no tan fuerte pero sí hábil y mucho más avispado, amén de algún que otro papanatas. Por supuesto, la diosa Chiripa siempre acompaña a este tipo de héroes medievalizados.

¿Y qué es el Deshilachado, al que antes me he referido? Un fenómeno natural que sucede con cierta frecuencia en la Alfombra, y tan devastador como para nosotros un monumental terremoto. Pero no me ha quedado claro en qué consiste, si en un humano barriendo la alfombra con la escoba, ajeno a las vidas que se carga y a los destrozos que causa, o pasando el aspirador.

En definitiva, Pratchett juega maravillosamente con una idea que todos hemos tenido alguna vez al ser conscientes de que convivimos con seres microscópicos para los que el universo es un milímetro o, visto de otro modo, que nosotros también somos esos seres perdidos en esa molécula que es la Tierra en un universo que no comprendemos.




El 14 de febrero de 1990 la sonda espacial Voyager 1, lanzada en 1977, el objeto humano que más se ha alejado de la Tierra, giró antes de abandonar el sistema solar, a unos 6000 millones de kilómetros de nosotros, a trabajada iniciativa del científico y escritor Carl Sagan (1934-1996), para tomar una «foto de familia» de nuestro sistema solar. La tierra es ese puntito que se ve en la foto, en medio de un colosal rayo de luz. «Un punto azul pálido», tituló Sagan, en 1994, el famoso libro que, haciéndonos ver que somos tan diminutos como los habitantes de la alfombra de Pratchett o que la Tierra es nuestra Alfombra, comenzaba así: «Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él, todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que alguna vez escuchaste, cada ser humano que ha existido, vivió su vida. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, niño esperanzado, inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada político corrupto, cada «superestrella», cada «líder supremo», cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol».

        Mira la Alfombra de Pratchett. Somos nosotros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario