En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

lunes, 21 de octubre de 2024

Vulva - Irene Herrero Miguel

 


Es complicado reseñar la lectura de una obra teatral porque el teatro se escribe para ser representado, no para ser leído. Por eso, la capacidad del lector para «escenificar» lo que lee puede afectar al juicio que le merezca la lectura. O, dicho en otras palabras, si no haces el necesario esfuerzo para «poner bien en escena» mentalmente lo que lees, mejor no leas teatro.

En cambio, si te cuentas entre los capaces de hacer ese esfuerzo, agradecerás leer Vulva.

El título, si no sabes nada sobre el argumento, tiene más de provocador que de denuncia, aunque en realidad es una denuncia que, si en algo pretende provocar, es para atraer sobre ella la atención que merece.

Vulva está inspirada en un caso real. En 2019, una mujer de 32 años, Verónica Rubio, casada y con dos hijos, que trabajaba en una gran empresa industrial en la que había merecido cierta carrera profesional, se encontró de la noche a la mañana con que entre sus compañeros se había difundido, por Whatsapp, un vídeo sexual suyo grabado cinco años atrás. Al parecer, lo compartió un hombre con el que entonces había tenido una relación. La dinámica que puso en marcha este hecho terminó con el suicidio de Verónica Rubio.

En Vulva Verónica es Lucía, y no trabaja en una cadena de montaje sino en un colegio. Es profesora. Una profesional joven y competente, que trabaja y vive con normalidad. Está casada y tiene hijos, pero el matrimonio no siempre fue bien, hubo una separación de hecho y, durante ella, tuvo una relación con un colega al que le envió un vídeo suyo imaginad de qué naturaleza.

Vulva expone detalladamente, unas veces a través de diálogos y otras a través de narradores que completan la escena, el angustioso proceso por el que la víctima de un delito se convierte en culpable. Y, como culpable, en apestada. Un proceso angustioso por lo que de injusto tiene y, sobre todo, por la impotencia para detenerlo.

Porque sí, hay un autor material del delito, aquel que se cargó la intimidad de Lucía compartiendo un vídeo con… ¿una, dos, tres personas? pero el siguiente atentado contra ella está formado por todos y cada uno de los siguientes reenvíos y reproducciones de ese vídeo. El criminal, ahora, es un conjunto indeterminado de personas entre las que pocas o ninguna tiene conciencia de estar haciendo algo tan grave como para provocar una muerte. Antes al contrario, compartir y comentar les parece algo entretenido e incluso jocoso. Y lo que no mueve esa irresponsable inconsciencia, lo impulsa el morbo, la curiosidad o los afanes censores, es decir, destructivos. 

    Ninguna hormiga te mata de un mordisco, pero entre todas las del hormiguero no dejan de ti más que los huesos. ¿Qué hormiga te ha matado? ¿Todas o ninguna? Está claro que entre todas. Pero la claridad que vemos en este ejemplo no la vemos cuando somos nosotros las hormigas. Los asesinos.

    Vulva es una llamada a la responsabilidad en una época en la que es tan sencillo destruir a los demás que podemos llegar a hacerlo hasta sin darnos cuenta. Y hasta por hábito.


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