Crudos,
sucios, sangrientos, pero también imaginativos y con una sorpresa para cada
final, los veintiséis relatos que componen esta obra navegan entre el misterio,
el terror y la ciencia ficción, y también tienen mucho que ver con el erotismo,
porque, aunque no hay relatos eróticos propiamente dichos, sí conocemos a un
buen número de personajes más o menos obsexionados
que en unas ocasiones llevan a término sus deseos y en otras se limitan a
aludir al sexo para expresar buenos o malos deseos no siempre sexuales.
Aunque
los relatos responden a lo que anuncia el título, están redactados cierto sentido del humor,
cierta ironía que pone distancia entre el narrador y los personajes y que
impide tomarse demasiado en serio tanta sangre y escenas escabrosas, lo cual
facilita el entretenimiento, especialmente, como es mi caso, cuando no se es
lector ni terror, ni de misterio, ni de ciencia ficción.
Pocos relatos tienen un final
previsible y, en cambio, todos consiguen suscitar un intenso interés desde el
principio; tanto que a menudo se lee con impaciencia. Y es que aún más
imprevisibles que los finales son los argumentos: cada inicio sorprende tanto o
más que cada final.
No es posible ni tiene sentido
hacer una mención de cada relato, pero sí decir que entre ellos hay nexos a
través situaciones y personajes que hacen que no sean por completo
independientes, y pronto se tiene la agradable sensación de que hay que seguir
leyendo porque ningún relato está completamente terminado por más contundente
que haya sido su final. El resultado, que, a diferencia de otros libros de
relatos, Crudos, sucios, sangrientos
deja un regusto de novela.
Pasen y lean.
Mil gracias por este ratito que nos has dedicado, tanto a leernos como a redactar tu post.
ResponderEliminarMe encanta cómo lo has descrito, nosotros no habríamos podido hacerlo mejor!!!!
Mmmuak
Cristina Selva