(Serie Montalbano, 30)
Después de quedarse ciego, este
fue el primer libro de Montalbano que Andrea Camilleri escribió o, mejor dicho, dictó a
Valentina Alferj, sobre la que dice que le ayudó «no solo materialmente, son interviniendo
también de forma creativa en su redacción».
Así es como salió a la luz la
trigésima entrega del comisario de Vigàta, Salvo Montalbano, y uno no puede
dejar de preguntarse hasta qué punto este modo de trabajar afectó a una novela
que, a diferencia de casi todas las anteriores, vaga sin rumbo durante sesenta
o setenta páginas alrededor de la llegada de inmigrantes a las costas de
Vigáta, víctimas de las mafias que trafican con personas, hasta encontrar después
el camino que conduce al verdadero argumento y de ahí al desenlace: el
asesinato de la guapa modista -la típica mujer casi ideal que Camilleri utiliza
con profusión en sus obras- que, a iniciativa de Livia, iba a hacer a
Montalbano un traje a medida. En ese camino se reconoce ya al Camilleri de
siempre, bien que en estos tiempos cualquier lector advierte el intencionado
olvido de ciertos mecanismos de investigación (en este caso, las llamadas telefónicas suministradas por las operadoras) harto conocidos ya para todo el mundo gracias a las crónicas de sucesos pero que los escritores a menudo «olvidan» para que no se les acabe
la novela antes de empezar. Pero da igual: ¿Quién quiere realismo -¿acaso el personaje es realista?- cuando hay verosimilitud? Lo relevante es la historia, cómo se
escribe y lo que hace sentir, y en Tirar del hilo encontramos al Camilleri de
siempre y a un Montalbano cada vez más mayor, olvidadizo y metepatas, aunque
también, porque esta historia no le da pie, menos comprensivo con las
debilidades humanas.
Como cosa insólita para los anales del montalbanismo, diré, sin destripar nada, que en Tirar del hilo el lector puede ver a Montalbano, durante unas páginas, fuera de Sicilia. El efecto, el de un pez fuera del agua.
Eso sí, no me resisto a comentar una maldad: el título es una frase hecha, una expresión manida, uno de esos recursos de los que el protagonista ha abominado en numerosas ocasiones en anteriores novelas. Pobrecillo. ¡Mira que titular una de sus aventuras con una expresión hecha! ¿Habrá sido una jugarreta del autor, de la editorial o del traductor, aprovechándose de que el pobre Salvo ya se siente mayor y falto de reflejos? El título original de la obra, «L´altro
capo del filo».
Como última anécdota, el lanzamiento de Tirar del hilo estaba previsto en España en marzo de 2020, si no recuerdo mal. Se aplazó hasta mayo a consecuencia de la crisis del coronavirus. Nadie podrá decir que Montalbano no ha superado dificultades. Hasta una pandemia que azotó especialmente a su país.
Una novela que, a la alturas de
la saga y de la vida de Camilleri en el momento en que la escribió, los
lectores devoramos como un capítulo más de una historia que comenzó en 1994 con
La forma del agua y que, en Italia, terminará para siempre este verano con la
publicación de la novela con la que Camilleri, anticipándose a lo que otros
pudieran hacer a su muerte con Montalbano, quiso poner fin a la historia
de un personaje inolvidable. Esa novela, escrita alrededor de 2005 y reelaborada en 2016, es un secreto literario muy bien guardado que este
año se desvelará por fin, aunque en España aún tardará en llegar. Entre tanto,
disfrutad tirando del hilo de las últimas aventuras del comisario.
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