Un mes con Montalbano (Serie Montalbano, 5)
Soy sincero si digo que cogí este libro con cierto repelús. Condicionado por las anteriores novelas de Montalbano, quería “más de lo mismo”, lo que me hacía dudar de que una secuencia de relatos breves pudiera ser comparable. Bueno, pues Un mes con Montalbano no es lo mismo pero está tan bien o mejor que los anteriores títulos de la serie.
Soy sincero si digo que cogí este libro con cierto repelús. Condicionado por las anteriores novelas de Montalbano, quería “más de lo mismo”, lo que me hacía dudar de que una secuencia de relatos breves pudiera ser comparable. Bueno, pues Un mes con Montalbano no es lo mismo pero está tan bien o mejor que los anteriores títulos de la serie.
El “mes” se refiere a una treintena de historias, y nada
más, porque no guardan un orden cronológico y transcurren en momentos muy
diversos. Tampoco hay mucho que decir de las historias (demasiadas para hacer
un análisis pormenorizado), excepto que todas tienen el sello del autor, y el
sello del humor propio del personaje: un tipo que convive con los
problemas y las amenazas como si la vida fuera una partida de ajedrez y uno
jugara por el placer de jugar. También
hay que decir que las temáticas son de lo más variadas: desde el crimen hasta
su apariencia, pasando por todo tipo de delincuentes y métodos de
desenmascararlos (de la casualidad a la deducción). Lo mejor, sin duda, es
que se lee de una forma rapidísima y amena, porque todos los relatos tienen la
extensión justa para no hacerse largos, sin que parezcan breves (excepto,
quizá, los primeros, que son los que menos me han gustado). Baste decir que es muy difícil acabar uno sin sentir el deseo de comenzar el siguiente.
Los aficionados a Camilleri disfrutarán, además, de ir
topando a lo largo de las páginas, ora en un sitio, ora en otro, con personajes
procedentes de las anteriores novelas, lo que produce la curiosa sensación de
reforzar no solo el relato concreto, sino la novela pasada, como si al ver al
personaje llevando una vida fuera de aquello para lo que fue creado, adquiriera
consistencia y realismo.
Una última reflexión, referida al prólogo firmado por el ya
fallecido Manuel Vázquez Montalbán: es muy interesante lo que indica
sobre el oficio de escritor, habida cuenta del tardío éxito de Camilleri
y de la prisa con que todos los escritores quieren prosperar. Solo un “pero” le
pongo: no estoy de acuerdo en que Un mes con Montalbano sea la mejor
manera de acercarse al personaje para quien no lo conozca; lo mejor,
creo yo, es leer las diferentes novelas siguiendo el orden de aparición.
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